España, Irlanda y Noruega han anunciado su decisión de reconocer a Palestina como Estado a finales de mes, marcando un nuevo capítulo en la política internacional y subrayando las divisiones dentro de la Unión Europea, que no ha logrado una posición unificada desde el inicio del conflicto en Gaza.
Madrid, Dublín y Oslo esperan que su decisión inspire a otros países europeos a seguir su ejemplo.
En marzo, los líderes de Eslovenia y Malta se unieron a Madrid y Dublín en un comunicado conjunto en Bruselas, expresando su intención de tomar una medida similar.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reveló la fecha de la aprobación durante su comparecencia ante el pleno del Congreso.
Sánchez detalló que la decisión fue tomada en consenso con los dos socios del gobierno, el partido socialista y el grupo de izquierda Sumar, reflejando el sentir mayoritario de los ciudadanos españoles.
Sánchez afirmó que la única solución viable para el conflicto en Oriente Medio es la coexistencia de dos Estados, Israel y Palestina, y que el reconocimiento de Palestina por parte de España se basa en motivos de paz, justicia y coherencia.
Subrayó que este reconocimiento no está dirigido contra Israel ni contra el pueblo judío, a quienes describió como «un pueblo admirable».
El presidente del Gobierno informó de esta decisión al rey Felipe VI, al secretario general de la ONU Antonio Guterres, y a los presidentes del Consejo y la Comisión europeos, Charles Michel y Ursula von der Leyen, respectivamente.
Sánchez también destacó sus recientes contactos con otros líderes internacionales, señalando que más países podrían seguir el mismo camino en las próximas semanas, lo que podría fortalecer los esfuerzos para imponer un alto el fuego y lograr la liberación de rehenes israelíes en manos de Hamás.
En respuesta a estos anuncios, el ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, llamó a consultas a los embajadores israelíes en Irlanda y Noruega y advirtió a España sobre las «consecuencias graves» de su decisión.
Sánchez, sin embargo, enfatizó que el reconocimiento de Palestina es solo el comienzo y que España continuará presionando a la comunidad internacional para construir un Mediterráneo más seguro y estable.
Sánchez reiteró que la diplomacia debe defender valores e intereses de manera pacífica, aunque esto pueda generar tensiones con algunos líderes israelíes que no compartan esta visión.
Criticó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por ignorar las demandas internacionales y continuar con las acciones militares que afectan a civiles inocentes.
Con más de 140 países ya reconociendo a Palestina, Sánchez dejó claro que la decisión de España no es una acción contra Israel, sino un paso hacia la coexistencia pacífica de dos Estados conforme al Derecho Internacional.