La aspirante presidencial opositora, Xóchitl Gálvez, deberá justificar el evidente fracaso de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), dinero desaparecido sin explicación, lo cual podría interpretarse como una traición a la causa de los pueblos originarios.
Este programa, que fue altamente publicitado durante el gobierno de Vicente Fox, presentaba a la titular como «una indígena convertida en una exitosa empresaria gracias a su esfuerzo», quien supuestamente guiaría a los indígenas mexicanos hacia la superación de siglos de miseria y marginación.
Sin embargo, la realidad es mucho más sombría, como quedó al descubierto durante la comparecencia de Xóchitl ante la Cámara de Diputados.
En dicha comparecencia, la precandidata no pudo dar cuenta del destino de miles de millones de pesos, los subejercicios detectados y el uso parcializado de la política indigenista en favor del PAN.
En julio de 2005, ante la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara Baja, representantes del PRI y PRD desmantelaron la imagen cuidadosamente construida de eficiencia y honestidad de Xóchitl.
Ante las acusaciones, Xóchitl intentó culpar a «alcaldes corruptos» de las zonas marginadas, pero no pudo explicar de manera precisa el destino de un presupuesto de 21 mil 488 millones de pesos, del cual solo se ejercieron 12 mil 332 millones.
En la trayectoria de Xóchitl, emergen incidentes que revelan una carencia fundamental en habilidades políticas, como la elección adecuada de equipos, tanto para campañas como para futuros roles gubernamentales.
Es digno de mencionar cómo, cuando se encontraba en una posición sólida para asegurar la gubernatura de Hidalgo, cayó víctima de las artimañas y tácticas astutas de su oponente priista, Francisco Olvera.
Su adversario no tuvo dificultades para identificar las debilidades profesionales de al menos dos miembros clave del equipo de campaña de Xóchitl, de esta manera, Olvera obtuvo información detallada sobre reuniones privadas donde se discutían asuntos cruciales, como la ubicación del Centro de Operaciones en la colonia López Portillo.
Los “agentes” del priista plantaron armas de fuego durante estas reuniones y alertaron a la policía estatal, resultando en detenciones y denuncias.
Los infiltrados capturaron imágenes del interior de vehículos que transportaban armas, las cuales se difundieron en varios medios. Además, filtraron datos sobre los lugares donde se distribuían fondos para operaciones y alertaron a agentes ministeriales sobre una operación en el Hotel Camino Real.
Por intermediarios, Olvera contrató inhibidores de señal de alta potencia para bloquear las comunicaciones de Xóchitl. A través de los mismos canales, se enteró de una reunión entre Xóchitl y Gerardo Sosa Castelán en el restaurante Tori Tori, en Polanco, para discutir el respaldo del influyente líder universitario de esa época.
En resumen, la narrativa construida alrededor de Xóchitl Gálvez como una indígena exitosa empresaria no se ajusta a la realidad, ya que su supuesto éxito se basó en la gestión irregular de grandes sumas de dinero, sin que los indígenas se beneficiaran de ello.
Esta es la verdadera historia de la aspirante presidencial de la oposición, que tarde o temprano será examinada con más detalle.