Por José García Sánchez
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A René O. M.
En los últimos años a quienes eligen los golpistas son a mujeres para sustituir a presidentes electos democráticamente, ellas operan con mayor rudeza que los hombres. Primero Jeanine Áñez, en Bolivia, luego Dina Boluarte en Perú. Ahora se asoma a la cloaca golpista Corina Machado en Venezuela.
Aunque haya quien dice que el futuro de la ex agente de la CIA, es el mismo que Juan Guaidó, a quien también apoyó, con todo, el vecino del norte, pero después abandonó. En esa ocasión, no tomaron en cuenta la insistente frase de Trump, quien avisa que utilizará el petróleo como el principal energético de su gestión. Estados Unidos mantiene una reserva de crudo que no puede mover; de otra manera, las tareas bélicas de su ejército en Medio Oriente y la protección a Israel, aumentarían el precio internacional beneficiando a sus enemigos y desgastando a sus aliados.
De tal suerte que esa reserva estratégica es un arma, un deposito intocable, un dique de contención para evitar que suba de pecio el petróleo, al anunciar que este energético será el motor de sus proyectos de gobierno, incluyendo la guerra, se refiere al petróleo de Venezuela. El vecino país del norte reduce progresivamente la compra de crudo a México. Esto ha ocasionado problemas financieros a Pemex.
Entre junio y agosto de 2023 las exportaciones petroleras de México a Estados Unidos reportaron ingresos por 5 mil 97 millones de dólares. En el mismo lapso de este año, los ingresos totalizaron 3 mil 127 millones de dólares, es decir, 39% menos.
Informa Pemex que entre enero y noviembre de 2024, México exportó 464,811 barriles diarios de crudo a Estados Unidos, lo cual representa su nivel más bajo en 35 años, lo cual representa una reducción del 35.4 por ciento, respecto al mismo periodo de año anterior. Una presión para que sea considerado Pemex como chatarra, como asegura la oposición.
Canadá amenazó con cerrarle el suministro de petróleo a Estados Unidos que compra 4 millones de barriles diarios. Estados unidos es más vulnerable de lo que parece.
La alharaca de Trump tiene la intención de infundir miedo y podría tener como destinatario del terror Venezuela, a través de la operación de un golpe blando y colocando a otra mujer en lugar de Maduro, y mandar a éste a la cárcel.
Desde luego que eso de suave o blando sería en teoría porque el ejército venezolano demostró ser leal al régimen que considera democrático y es testigo de que su reelección con apoyo de la mayoría de los ciudadanos. Esto implica que Estados Unidos podría llegar a Venezuela a apoderarse de sus riquezas a sangre y fuego.
Anunciar que trabajará en su gestión con petróleo es una amenaza a sus productores, porque lo necesita barato, cerca y en grandes cantidades, para lo cual requiere de un vendedor que sea afín a su violenta política.
Trump necesita petróleo de otro país y en grandes cantidades, barato y cercano. Al parecer no quiere que provenga de México así que pareciera que es momento de regresar a América Latina el mote de patio trasero de Estados Unidos.
Estados Unidos le compra también petróleo a Colombia, cuyo gobierno no está del lado que Trump quisiera, aunque, tantos años de dominio sobre ese país permitieron que el país sudamericano dé lugar a siete bases militares, desde donde podría acuartelar tropas para desestabilizar el gobierno de Venezuela y derrocar a Nicolás Maduro.
De los frentes abiertos en la demagogia fascista de Trump está la intención de por lo menos, llevar a cabo un golpe de Estado, actividad en la que ya tiene experiencia su vicepresidente Elon Musk, patrocinador del golpe contra Evo Morales, en Bolivia, para apoderarse del litio y otras riquezas.
La oposición mexicana a nunca había mostrado tanto entusiasmo y admiración por María Corina Machado y su títere Edmundo González. No quita el dedo del renglón, a pesar de que las elecciones se celebraron el 28 de julio del año pasado. La oposición de nuestro país, principalmente los panistas, dejaron de defender sus votos para defender los de Edmundo y Corina, que nunca existieron, y lo siguen haciendo cada vez que tiene una cámara y un micrófono enfrente.
Si Trump requiere más petróleo del acostumbrado tiene dos opciones: echar mano de la reserva estratégica o lo toma de Venezuela por las buenas o por las malas. Dadas las ansias por mostrar su poderío al mundo; la segunda opción. representa no sólo una imagen como el regreso del imperio sino como un gran negocio que implica la expansión, la venta de armas y una manera más de estar en las primeras planas.
