Uno de los desayunos favoritos de los mexicanos es la torta de tamal o guajolota, un platillo que se vende en las esquinas no solo de la Ciudad de México, sino que también en otros estados como Puebla y Tlaxcala.
Lejos de lo que se piensa que la torta de tamal nació en la CDMX, de acuerdo con el historiador mexicano José N. Iturriaga, en su libro La cultura del antojito. De tacos, tamales y tortas (2013), explicó que la guajolota nació en la ciudad de Puebla hace al menos 200 años.
Esta receta original difiere ligeramente de la actual guajolota, puesto que se usaba pan bazo y se rellenaba con una enchilada roja y carne de puerco deshebrada.
Con el tiempo, la receta se trasladó a la capital mexicana y se sustituyeron los ingredientes, mientras que en Puebla se mantuvo la original y eventualmente se acabó perdiendo.
Sobre el nombre ‘guajolota‘ también existen diversas teorías acerca del origen del nombre. Algunos lo atribuyen a la forma cebada y redondeada similar a la pechuga de un guajolote.
Al ser una comida con muchas calorías, dicen que te deja “gordo, gordo, gordo”.
Una de las teorías sobre el nombre señala que se le llama así porque a los guajolotes se les engorda con maíz, el núcleo de esas enchiladas o tamales que rellenan el bolillo.
Una de las más aceptadas es la que cuenta que unos ingenieros que visitaban Tulancingo, en Hidalgo, para instalar electricidad en épocas decembrinas, se acercaron hambrientos a un puesto donde la dueña ya casi no tenía comida, así que les ofreció tortas rellenas de enchiladas.
Los ingenieros dijeron que eso era ‘su pavo o su guajolote’. Años después, una joven que trabajaba en el puesto puso el primer expendio en Tulancingo de estas tortas llamándolas guajolotes.
Lo que es un hecho es que no debe haber estado donde se consuman más tamales y guajolotas que en la Ciudad de México.
Y es que en México hay una gran tradición sobre convertir en taco o en torta todo lo que se pueda.
Con información de Un1ón CDMX