El canciller de México, Juan Ramón de la Fuente, negó las acusaciones de que los migrantes deportados desde Estados Unidos lleguen esposados al país. Esta declaración se dio en respuesta a las denuncias de la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, quien había afirmado que un grupo de migrantes mexicanos había arribado al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) bajo esta condición.
De la Fuente aclaró, en una conferencia de prensa en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que tales prácticas no ocurren al pisar territorio mexicano.
“A suelo mexicano por supuesto que no … Cuando pisan tierra mexicana, aquí en la tierra mexicana nadie los trata así”, subrayó el canciller, descalificando las denuncias.
APOYO DEL GOBIERNO A LOS DEPORTADOS
El funcionario reiteró que los migrantes deportados cuentan con el total respaldo del gobierno mexicano. Destacó que los connacionales reciben asesorías legales y que aquellos que deseen regresar serán recibidos con dignidad y apoyo por parte del Estado mexicano.
«Nuestras paisanas y paisanos no están solos», señaló De la Fuente.
En cuanto a la situación migratoria, el canciller mencionó que las cifras de mexicanos llegando a la frontera con Estados Unidos no han mostrado un incremento significativo, manteniéndose constantes en las últimas semanas.
Aunque reconoció que se prevé un crecimiento gradual de estos números debido a las políticas migratorias de la administración de Donald Trump, destacó que, hasta el momento, las variaciones no son tan pronunciadas.
INVESTIGACIÓN DE PRESUNTAS VIOLACIONES A DERECHOS HUMANOS
La gobernadora de Morelos había solicitado que se investigaran los casos de presuntas violaciones a derechos humanos en los que los migrantes deportados podrían haber sido víctimas.
La presidenta Claudia Sheinbaum también se comprometió a llevar a cabo estas investigaciones. Hasta ahora, la mandataria ha reportado dos casos de violaciones de derechos humanos entre los miles de migrantes deportados en las primeras semanas de la administración de Trump.