SIAP: México avanza con seguridad alimentaria

El SIAP destaca el progreso de México en la producción agroalimentaria y pesquera, con un aumento del 5.1% entre 2018 y 2022, reforzando la seguridad alimentaria del país

 

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), dio a conocer que, en México la producción de alimentos ha avanzado mucho en este campo, logrando niveles que no solo garantizan que se tengan suficientes alimentos para todos en el país, sino que también lo posicionan como un productor importante a nivel mundial en la industria agroalimentaria.

 

 

Los datos estadísticos proporcionados por el SIAP revelan que entre el año agrícola 2018 y 2022, la producción agropecuaria y pesquera aumentó en un 5.1%, alcanzando la cifra de 300 millones de toneladas.

 

Este incremento no sólo se traduce en números, sino en una garantía tangible de seguridad alimentaria para millones de mexicanos.

 

ALIMENTOS QUE MÁS PRODUCE MÉXICO A NIVEL MUNDIAL

Entre los productos agrícolas con mayor volumen de producción destacan el aguacate, la zarzamora, la frambuesa, el limón, los espárragos y las toronjas. Este incremento se manifiesta no solo en las toneladas cosechadas, sino también en el valor económico que esta actividad aporta al país.

 

Durante el año 2022, el sector agropecuario y pesquero de México generó un valor económico impresionante de 1 billón 521 mil 163 millones de pesos, repartidos entre los subsectores agrícola, pecuario y acuícola. Estos números no solo reflejan una industria en expansión, sino que también evidencian su potencial para impulsar la riqueza y el desarrollo económico a nivel nacional.

 

EL IMPACTO QUE SE REFLEJA EN LA ECONOMÍA

El PIB se vincula estrechamente con la producción de alimentos, que es parte del sector primario y contribuye significativamente al PIB mediante ventas nacionales e internacionales. La cadena de valor alimentaria, desde la siembra hasta la comercialización, genera empleo y fomenta el crecimiento económico. Inversiones en tecnología y desarrollo impulsan la productividad y la innovación, fortaleciendo la seguridad alimentaria y la capacidad exportadora, lo que a su vez beneficia la balanza comercial y el PIB.