La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, está considerando asistir el próximo 20 de enero a la toma de posesión de Donald Trump en Washington D.C., quien será el nuevo presidente de Estados Unidos tras su reciente victoria en las elecciones.
La posibilidad de su asistencia se da después de una conversación telefónica entre ambos líderes, la cual Sheinbaum describió como “en muy buenos términos”.
Durante su conferencia matutina, la mandataria mexicana expresó que aún no se ha tomado una decisión definitiva, ya que las invitaciones formales todavía no han sido enviadas.
“Vamos a ver, todavía ni siquiera han enviado las invitaciones”, explicó, y añadió que la invitación podría formalizarse en las próximas semanas.
La elección de Trump ha generado reacciones en México debido a su promesa de reforzar el control fronterizo y revisar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), temas sensibles para el país latinoamericano.
A pesar de estas posibles tensiones, Sheinbaum ha señalado su intención de mantener una “buena relación” con el próximo mandatario estadounidense.
Recordó que Trump había mantenido una colaboración positiva con el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, lo cual considera un buen antecedente para la relación bilateral.
Fue una llamada muy cordial, describe #Sheinbaum sobre la
Comunicación con #Trump ayer por la mañana.“Llegó el momento en que se planteó el tema de la frontera. Aprovecho para enviarle saludos a López Obrador con quien sostuvo una muy buena relación.”
See you soon … cerramos.… pic.twitter.com/OUhKxMLF1y
— carolina rocha m (@carolina_rocha_) November 8, 2024
TRUMP ENVIÓ SALUDOS A LÓPEZ OBRADOR
La llamada telefónica, que fue reportada como muy cordial, incluyó felicitaciones mutuas por sus recientes victorias electorales.
Según Sheinbaum, Trump le pidió transmitir saludos al expresidente López Obrador y mostró disposición para dialogar sobre temas bilaterales, incluida la situación fronteriza.
La eventual asistencia de Sheinbaum a la investidura de Trump sería simbólica y reflejaría la intención de la mandataria mexicana de fortalecer la relación diplomática con Estados Unidos, aunque bajo el desafío que podría suponer el enfoque de Trump en temas de seguridad y comercio.