Los cementerios de la capital mexicana enfrentan una alarmante ola de saqueos. Huesos humanos son extraídos ilegalmente de las tumbas y vendidos en el mercado negro, principalmente para prácticas de santería.
En los últimos años, los panteones de la Ciudad de México han dejado de ser espacios de descanso eterno. Hoy, muchos son escenario de un crimen creciente: el robo de restos humanos. Tumbas abiertas, lápidas destruidas y familias angustiadas son parte del panorama que cada vez se vuelve más común en estos lugares.
El caso más reciente ocurrió en el Panteón San José, en la alcaldía Iztacalco. Ignacio David, de 41 años, fue detenido por policías al salir del lugar con dos cubetas de plástico llenas de huesos humanos. Su actitud sospechosa alertó a los agentes, quienes al revisarlo confirmaron la profanación.
La administración del panteón confirmó que no había ninguna exhumación autorizada ese día. Por ello, el sujeto fue puesto a disposición del Ministerio Público, vinculado a proceso por delito contra el respeto a los restos humanos y se le impuso prisión preventiva justificada.
MÁS DE 100 CASOS Y SOLO 7 DETENIDOS
De acuerdo con cifras oficiales, en poco más de cinco años, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha iniciado 114 carpetas de investigación por robo de restos, profanación de tumbas y delitos relacionados. A pesar de la gravedad, solo siete personas han sido detenidas, y entre ellas hay incluso trabajadores de panteones.
La mayoría de los restos saqueados tienen como destino ceremonias de santería, según investigaciones policiales. El mercado negro paga desde 300 pesos por una parte ósea hasta más de 35 mil pesos por un esqueleto completo, dependiendo de su estado y “uso ceremonial”.
Esta práctica ha convertido a varios panteones de la ciudad en blancos de saqueadores. Los más afectados están ubicados en:
- Iztapalapa
- Azcapotzalco
- Miguel Hidalgo
En el Panteón San José, muchas tumbas permanecen abiertas, especialmente en las zonas alejadas y poco vigiladas. Ante la situación, algunas familias optan por pagar a trabajadores para que cuiden las sepulturas de sus seres queridos, al considerar insuficiente la vigilancia oficial.
Aunque el gobierno capitalino ha instalado cámaras, botones de pánico y presencia policial, visitantes denuncian que las medidas son simbólicas y no frenan la actividad delictiva.
¿CUÁLES SON LAS POSIBLES PENAS POR ESTE DELITO?
El artículo 207 del Código Penal de la Ciudad de México establece que la ocultación, destrucción o uso indebido de restos humanos puede ser castigada con penas de tres meses a dos años de prisión. Sin embargo, la aplicación efectiva de esta norma sigue siendo limitada.