Santuario Ostok huye de la violencia de Culiacán

Entre la amenaza del crimen y el abandono institucional, el refugio de fauna silvestre más importante del norte de México cierra sus puertas en Culiacán.

Rodeado de violencia, desatención oficial y temor constante, el santuario Ostok, hogar de más de 700 animales rescatados del tráfico ilegal y el maltrato, anunció su cierre definitivo en esta ciudad. La organización trasladará a sus ejemplares entre ellos elefantes, tigres y jaguares a Mazatlán, en busca de seguridad y condiciones dignas para continuar su labor.

Estamos dejando Culiacán porque aquí ya no se puede trabajar con animales. No hay condiciones ni para el equipo ni para ellos, afirmó Ernesto Zazueta, fundador del proyecto.

ANIMALES EN RIESGO POR LA VIOLENCIA

El caso de Vireky, una elefante que necesitaba atención médica urgente pero no pudo ser atendida por la negativa de veterinarios a entrar a la ciudad, resume el drama. Lo mismo ocurrió con otros ejemplares que requieren cuidados especializados, pero ante la inseguridad y la falta de insumos, sus vidas están en riesgo.

También será trasladado Big Boy, el elefante símbolo del santuario, junto con leones, jaguares, osos, primates, aves y antílopes. No obstante, 14 felinos permanecerán en espera por trámites pendientes con Profepa.

Zazueta denunció amenazas, falta de apoyo de autoridades ambientales y la completa omisión por parte de Profepa, la dependencia responsable de supervisar y proteger estos espacios.

Ni siquiera podemos conseguir personal médico. El miedo domina todo. Así no se puede proteger la vida silvestre, lamentó.

El santuario se mudará al Bioparque El Encanto, en Mazatlán, donde se replicará el modelo de conservación con respaldo logístico y mayor seguridad.

La decisión ocurre en un contexto crítico: Sinaloa atraviesa una ola de violencia atribuida a la disputa entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: ‘Los Chapitos’ y el grupo de Ismael ‘El Mayo’ Zambada.