En Monterrey, la regidora Zally Alanís, del partido Vida NL, presentó una iniciativa para multar a los dueños con perros escandalosos.
La regidora propone modificar los artículos 6 y 7 del Reglamento de Protección y Bienestar Animal y del Reglamento de Justicia Cívica para sancionar a los propietarios de perros cuyos ladridos resulten ‘excesivos, continuos y prolongados’, especialmente durante la noche, ya que afectan la tranquilidad y salud emocional de las familias regiomontanas.
Los montos de las sanciones propuestas serían entre 2 mil 500 y 4 mil 500 pesos. Estas multas se aplicarían si se demuestra, a través de pruebas como grabaciones o testimonios, que el ruido genera molestias vecinales. La iniciativa pretende responsabilizar a los dueños por problemas derivados de estrés, abandono o falta de ejercicio en sus mascotas.
#NACIONAL🐶💬|| ¿Multa por ladridos? Zally Alanís Izaguirre, Regidora de Monterrey propuso sancionar a dueños de perros que ladren muy fuerte y afecten a los vecinos. Busca regular el «ruido excesivo» para proteger la salud mental. pic.twitter.com/6vm0YbHlNW
— Cinco Radio Oficial (@laredcincoradio) June 12, 2025
Proponen más acciones
Además de las multas, se contempla la obligatoriedad de cursos y capacitaciones en adiestramiento y cuidado animal para quienes infrinjan la normativa. Esto forma parte de un enfoque educativo orientado a fomentar una tenencia responsable, no solo a penalizar. La regidora enfatizó que no se busca inhibir el comportamiento natural del perro, sino que sus dueños asuman responsabilidad sobre su bienestar.
Como antecedente, Alanís recordó un caso de 2024 en Guanajuato donde un tribunal sancionó a un propietario por los ladridos constantes de su husky siberiano, los cuales afectaron emocionalmente a un menor. Este precedente respalda la propuesta y muestra que los tribunales pueden intervenir si el ruido daña la convivencia.
La iniciativa ha generado debate: algunos aplauden la promoción del cuidado animal y la convivencia armónica, mientras otros cuestionan la subjetividad de lo que se consideraría ‘ruido excesivo’. En su exposición ante el Cabildo, Alanís señaló que muchos ladran por sufrimiento o falta de atención, y que el objetivo central es crear conciencia y garantizar tranquilidad sin castigar a los animales.