Por Norman F. Pearl
X: @NormanFPearl
Elegir a un candidato para contender por un cargo popular, implica un proceso muy delicado. Inclusive si el partido, sus cúpulas, o patrocinadores, lo hacen por el “método de designación”, como sucedió, por ejemplo, con Xóchitl Gálvez. Ellos, cargarán con la culpa de un fracaso tan evidente como estrepitoso. Se dejaron rebasar por emociones y expectativas falsas, despreciando a una ciudadanía y sus señalamientos previos. Xóchitl, incumplía requisitos básicos para poder tener una candidatura digna y venturosa.
A diferencia de otras formaciones políticas, Morena, en su estatuto, ha decidido sean sus consejos quienes elijan a cuatro o más afiliados para participar en las encuestas. Y es en ese sondeo, que buscan la complicidad colectiva. Será la Comisión Nacional de Elecciones quienes ratificaran a los aspirantes que estén mejor posicionados, y en especial, que no tengan conductas ilegales que les impidan competir oficialmente. Como punto final, es una encuesta abierta a toda la población, quien definirá al candidato. Esto. Evidentemente, mostrará qué persona tiene mayores posibilidades, no sólo de ganar la representación del partido, también las elecciones que correspondan.
Muchos se preguntan, ¿Por qué la encuesta es abierta a población que tiene diversas preferencias e ideologías?, la respuesta es simple. El propósito es que ese candidato, una vez elegido, gobierne para todos.
Desde hace algunos años, reconociendo la gravedad que encierra una candidatura y su impacto, decidí escribir al respecto, delineando un perfil ideal para los aspirantes de Morena: (síntesis)
– Honestidad a toda prueba, que no solo fuera confirmada por instancias burocráticas judiciales, sino que nadie pudiera, fehacientemente, señalar actos inmorales o de corrupción anticipada en su vida pública y privada.
– Capacidad para ganar comicios con una buena fama, popularidad y simpatía, obtenida por su trabajo e identificación con movimientos sociales y políticos, en un entorno de carácter progresista.
– Talento, creatividad y experiencia, para desarrollar exitosamente el cargo para el que hubiese sido elegido.
Esperaría, lo anterior, hubiera sido una respuesta sutil y suficiente, para la interrogante que nos ocupa, y sea Clara Brugada, la candidata ideal por Morena y sus aliados, para competir por la Jefatura de Gobierno de la CdMx, pero no caeré en mezquindades, abundaré en las razones.
Si bien es cierto, en este momento, todas las encuestas formales darían como ganador a cualquier precandidato del oficialismo, la diferencia que tendrían sobre la oposición, disminuye sensiblemente con otros nombres. Y son, ya sin un orden fijo por liderazgo; Clara Brugada y Omar García Harfuch, sus mejores representantes.
En el artículo anterior, me referí sucintamente al resto de los aspirantes, ahora concentraré mi atención, y la suya, en los favoritos.
Mucha gente se pregunta ¿Por qué Omar encabezó durante tantas semanas las preferencias en las encuestas “comerciales” sin tener mayor afinidad ideológica con el movimiento? Hay varias respuestas razonables:
La generosidad de los capitalinos -por cierto, mayoritariamente de izquierda- no escatima elogios ni premios a quienes los merecen, y García Harfuch fue uno de sus héroes en la lucha contra la inseguridad, que se ha ido ganando de manera contundente.
Desde 2018, de forma paralela al gobierno federal, la exjefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, instituyó reuniones del gabinete de gobierno, seguridad y justicia, para coordinar acciones diarias en ese ámbito. Más tarde, en octubre de 2019, Omar García Harfuch, ya como secretario de seguridad ciudadana en la CdMx, tendría una enorme exposición mediática al acompañar estos eventos.
El 26 de junio de 2020, Omar, en un atentado múltiple en contra de su vida, presumiblemente por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que veía en él un escollo para sus actividades, recibiría tres balazos, poniendo en riesgo su vida. Por fortuna, pronto estaría a salvo.
Estos trágicos sucesos, le darían nombre y reconocimiento a sus esfuerzos específicos.
Sin embargo, no podemos, desde nuestra óptica, validar perfiles monotemáticos, por muy satisfactorios que hayan sido, sin contar con una amplia experiencia de gobierno preliminar. Creo, hay una confusión en los objetivos y en los estándares requeridos para una posición de tan alta envergadura.
No obstante lo anterior, me niego a justificar los ataques de que fuera objeto García Harfuch por parte de “Chilangos zurdos CdMx” enviando una petición en la plataforma “change.org” a la dirigencia de Morena con argumentos engañosos que violan sus derechos político-electorales.
Por otra parte, ha resultado sorprendente, atípico y conmovedor, encontrar a un listado de “abajo-firmantes”, de gran prestigio intelectual en nuestro país, publicando una carta abierta denominada; “Para caminar juntas y juntos”, exaltando las enormes virtudes y logros de Clara Brugada Molina, a lo largo de su fructífera vida. “La aportación de Clara representa la experiencia más progresista y democrática de los últimos años y merece ser ampliada al resto de la ciudad”, dice el comunicado. No hay que olvidar, Brugada, ha sido jefa Delegacional de Iztapalapa, de 2009 a 2012 y alcaldesa (es el mismo puesto) a partir de 2018 y hasta septiembre de 2023, pues fue reelegida con un enorme caudal de votos a su favor. ha sido reconocida como la mejor alcaldesa de la CdMx y una de las mejores de todos los municipios del país. Iztapalapa cuenta con el 20% de la población total de la ciudad de México y es, por su población, la segunda de México, sólo después de Tijuana, Baja California.
No resulta ocioso decir que fue diputada y vicepresidenta de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, y un par de veces, diputada federal.
Apelar a su experiencia y devoción por el trabajo comunitario, nunca será un exceso en la descripción.
Clara Brugada, estoy seguro, ganará la encuesta para la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de México por sus cualidades, empero, existe otra motivación electoral alterna que ayudará al partido…y a los capitalinos.