El equipo del presidente electo Donald Trump está evaluando la posibilidad de emplear bases y aviones militares para detener migrantes e impulsar deportaciones, según declaraciones de Tom Homan, recientemente nombrado zar fronterizo.
En una entrevista, Homan aseguró que esta opción está “sobre la mesa”, aunque no se han definido planes concretos. La medida dependerá del financiamiento que el Congreso pueda otorgar, informó el diario Wall Street Journal.
Homan destacó que las fuerzas armadas podrían desempeñar un papel crucial como multiplicador de fuerza, apoyando en tareas como transporte, análisis de inteligencia, construcción de infraestructura y administración. Entre las propuestas está la instalación de grandes carpas que funcionarían como centros de detención temporales.
INSISTENCIA CON EL MURO FRONTERIZO
Al ser cuestionado sobre la necesidad de financiar el muro fronterizo, incluso si esto afecta los recursos para la deportación masiva anunciada por Trump, Homan sostuvo que ambas estrategias deben integrarse.
“El muro ayudará a frenar la llegada de migrantes. Hay que tapar los agujeros para evitar que entre agua en el barco. Todo funciona en conjunto”, afirmó. Además, subrayó que los extranjeros criminales serán la prioridad en las deportaciones, minimizando la preocupación sobre los “dreamers”.
Según el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), más de 270 mil personas fueron deportadas en el último año, la cifra anual más alta en una década. El informe también destaca que, aunque los arrestos de no ciudadanos disminuyeron, un mayor porcentaje de los detenidos tenían antecedentes penales graves.
DIVISIONES INTERNAS EN EL MOVIMIENTO TRUMPISTA
Mientras tanto, tensiones internas dentro de la coalición política de Trump han salido a la luz, particularmente en torno a las políticas migratorias y la industria tecnológica. Una disputa entre partidarios de línea dura y empresarios tecnológicos como Elon Musk y Vivek Ramaswamy refleja las fisuras en el movimiento.
Musk, quien en el pasado obtuvo una visa H-1B, defendió la necesidad de traer trabajadores extranjeros para cubrir una escasez crónica de talento en ingeniería en Silicon Valley. Sin embargo, sectores de derecha extrema argumentan que los estadounidenses deberían ser prioritarios para estos empleos, al considerar que son los “mejores ingenieros”.
La controversia pone de manifiesto las diferencias ideológicas dentro del movimiento MAGA (Make America Great Again), lo que podría complicar la implementación de las políticas migratorias de Trump en los próximos meses.