Por José García Sánchez
X: @Josangasa3
Existe una enorme diferencia entre lo periodistas críticos y los periodistas mentirosos, dos grupos muy diferentes, con formación distinta e intención radicalmente opuestas.
Los comunicadores críticos no requieren nado sincronizado ni ponerse de acuerdo sobre la manera de tratar una información, simplemente analizan, profundizan y se preparan permanentemente para hacer de un análisis conclusiones cada vez más acertadas¸ en cambio lo periodistas mentirosos ni siquiera tienen el hábito de la lectura, sólo imitan al de adelante, como perros en jauría, pero eso sí cuando los desmienten acusan violación a la libertad de expresión como sucedió con Raymundo Riva Palacio, quien no toleró la réplica, –a la que todo mundo debe tener derecho–, de Andrés Manuel López Obrador, el sexenio pasado y buscó un juez afín a la manipulación informativa para que otorgar a un fallo contra el ex presidente.
Encontró a alguien para sus fines con el mismo vicio por el dinero mal habido y así, el vigésimo Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito determinó por unanimidad, que la sección ¿Quién es quién en las mentiras?, de la conferencia mañanera operó como un instrumento de estigmatización, utilizando recursos públicos para desacreditar y señalar de manera unilateral a periodistas críticos como “mentirosos”, atribuyéndose de facto la facultad de definir la «verdad» y la «mentira» desde el poder político.
Acostumbrado lo periodistas que se autodenominan crítico, a que nadie le contradecía, habituado a imponer criterios, por eso le llamaron, en su momento, líderes de opinión, no permiten puntos de vista diferentes, todo lo que esta fuera del nado sincronizado impuesto desde las órdenes de funcionarios público del pasado es falso.
Como lo poderosos del pasado los hacían sentir semidioses que monopolizaban la verdad, nadie puede decirles que mienten, aunque, de sobra sepan que lo hacen.
Son un grupo pequeño de ex periodistas, la mayoría con carrera trunca, y algunos sin preparatoria siquiera, pero forman parte de un grupo de mercenarios de la pluma que se ofenden cuando les dicen que mienten.
Hay en ese grupo, hombres y mujeres, que se dicen despedidos de sus medios, por órdenes de López Obrador por ser críticos, cuando en realidad su forma de hacer periodismo los condujo a la pérdida de audiencia y por eso lo despidieron de sus antiguos empleos. Sin credibilidad ni público no puedan animarse los anunciantes a comprar espacios para sus empresas o servicios. Sus propias mentiras alejaron al público de sus respectivos programas, y lo siguen haciendo y en esa medida se reduce todos los días su público.
Acostumbrados a no tomar en cuenta a su público más que a sus patrones del dinero, lo marginan de la decisión de escucharlo o verlo. Es decir, no lo tienen considerado a la hora de realizar sus programas, para ellos sólo hay poder del dinero y poder político, el resto no le funciona, porque no pueden verlos ni reciben beneficio directo de ellos.
Es por esta ceguera que no se explican la pérdida de espacios, y de prestigio, y le atribuyen al ex presidente todos sus fracasos, y cómo no tenerlos con esa raquítica preparación y ea tendencia de apostar a la información como i lo medio fueran un casino, al decir que contraviene las libertades de pensamiento, de expresión y de prensa.
Por si fuera poco, buscan delito en el derecho de réplica y ellos aseguran que se utilizaron recursos públicos con la finalidad aparente de brindar transparencia y comunicación ciudadana para generar en realidad campañas de desinformación, propaganda oficial, juicios mediáticos de desprestigio, exposición de datos personales y ataques a la vida privada y al honor de ciudadanos o periodistas considerados opositores al gobierno.
Se les olvida que mucho de ello se enriquecieron con cheques del IMSS, de la SEP, Segob, Sagarpa, Hacienda, ISSSTE, Lotería Nacional, etc.
La lista de periodistas es larga y aburrida, ya todos sabemos sus nombres y hasta sus adicciones, preferencias, debilidades, caprichos, lujos, etc.
Para los escribanos a sueldo la aparición de una sección que aclara situaciones, precisa acciones, desenmascara mentiras, «fomenta la censura indirecta, la polarización social y erosiona los pilares de la democracia, al pretender imponer una versión deformada de la verdad de carácter oficial, sin garantizar el derecho de réplica ni un debate público sobre bases informativas neutrales, objetivas y pluralistas”.
Los sicarios de la pluma han hecho a México más daño que un capo del crimen organizado, lejos de intentar quitarse de enfrente enemigo deberían ser castigados de manera ejemplar.