Este lunes, el Papa Francisco experimentó dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda en su estancia en el hospital Gemelli de Roma, donde está ingresado desde el 14 de febrero.
La Santa Sede ha confirmado que, a pesar de estos episodios, el Pontífice se mantiene lúcido y consciente en todo momento. Aunque el pronóstico sigue siendo reservado, los médicos continúan monitoreando su evolución con cautela.
La insuficiencia respiratoria aguda es una afección grave que ocurre cuando los pulmones no pueden suministrar suficiente oxígeno a la sangre. Según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, esta condición puede desarrollarse de forma rápida y requiere atención médica urgente para evitar daños en los órganos vitales. Si los pulmones no cumplen su función, la acumulación de dióxido de carbono impide la correcta oxigenación de la sangre, lo que afecta al cuerpo de manera crítica.
Preocupación por la salud del papa. El papa Francisco sufrió dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda hoy. Se realizaron broncoscopias y ventilación asistida. Permanece alerta, pero su pronóstico sigue siendo reservado. pic.twitter.com/y1XLmov1dV
— antonio corcino (@acorcino) March 3, 2025
SÍNTOMAS COMUNES
Los síntomas de la insuficiencia respiratoria aguda pueden variar, pero suelen incluir dificultad para respirar, cansancio extremo, y coloración azulada en labios, manos o pies. Cuando los niveles de dióxido de carbono son altos, pueden aparecer confusión, visión borrosa y respiración rápida.
En casos graves, la falta de oxígeno puede provocar somnolencia profunda o pérdida de conocimiento.
TRATAMIENTOS DISPONIBLES
El tratamiento de la insuficiencia respiratoria aguda es fundamental y se basa en la oxigenoterapia, medicamentos y soporte respiratorio. En muchos casos, los médicos emplean técnicas como la ventilación con presión positiva no invasiva o el uso de respiradores mecánicos para garantizar que los pulmones reciban suficiente oxígeno.
Asimismo, si se presenta una infección bacteriana, se utilizan antibióticos, mientras que los broncodilatadores y corticosteroides ayudan a aliviar la obstrucción de las vías respiratorias.
A sus 88 años, el Papa Francisco continúa enfrentando complicaciones de salud que requieren vigilancia constante. Aunque la situación es seria, su equipo médico sigue trabajando para monitorear su recuperación.
