Por Dora Isa González
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Estamos sujetos a nuestras circunstancias, y nuestra realidad nos ha llevado a componer nuevas formas de organización tanto social, cultural, económica y por supuesto políticamente. México se tiene que sentir orgulloso de su propia historia, la que ha destacado porque va más allá de su tiempo. Un ejemplo de esto es la conmemoración de la conformación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1917, convirtiéndose en la primera carta magna que impregnó los derechos sociales, los cuales por el peso que conlleva representan la labor más difícil para un Estado.
¿Cómo se lleva a cabo este tipo de decisiones? Para Lasalle representa un conjunto de decisiones políticas fundamentales, las cuales están contenidas en factores reales de poder, es decir, las personas que hacen posible la vida pública y que están mutuamente organizadas conforme a sus necesidades y causas, representan un peso significativo que hace que cambien las reglas del juego.
Se dice que México está compuesto por un pueblo muy consciente, y yo suscribo esa afirmación, pero también su tipo de hacer democracia parece que se engloba propiamente en su espacio de confianza y eso ha pegado en la comunidad, como es visto en las zonas donde todavía no existen servicios básicos como electrificación que si hay en la ciudad metropolitana y por el otro lado, precisamente en las metrópolis vemos un efecto de movimientos por la protección de los derechos sociales que han sido vulnerados, sin embargo es afirmativo decir que la sociedad ya no cree en las instituciones, debido a el constante fracaso para cumplir con sus obligaciones ante la ciudadanía. A pesar de ello no hemos logrado conciliar entre nosotros para mostrar un sentimiento de unidad ante nuestras adversidades, nos separan nuestras diferencias triviales y circunstancias.
En ese entendido, estamos trabajando en burbujas separadas, las cuales parecen nunca conciliarse porque parecen temas arraigados a nuestra naturaleza como son las disputas étnicas, de género o culturales, es como si no se viera que el cuerpo humano tiene una mano derecha y una izquierda y sigue siendo el mismo cuerpo, que yo y el otro debe ser un nosotros, es como si no se entendiera que al fin y al cabo lo que realicemos, tiene efectos y consecuencias en el otro, aunque no lo miremos y no sepamos a quien le llegó.
Sin embargo, esta crítica no debe tomarse a la ligera, porque de acuerdo con los estudios que hemos realizado del progreso y el avance de las naciones, incluidas sus riquezas, tiene que ver con el grado de la ciudadanía en sentirse integrados, precisamente en la toma de decisiones la cual es fundamental. México es un país privilegiado, tiene prosperidad en cada rincón, es un mosaico de eco cultural, sus raíces son muy profundas y se cuenta con una memoria milenaria, a pesar de ello, gran parte de la población constantemente se ha sentido oprimida y alejada de quién se ha impuesto o han impuesto como la autoridad responsable de la ciudad.
Creo que es tiempo de llevar a cabo una política distinta y esa es la política en la que las personas al igual que hacen su democracia comunitaria sus movimientos sociales, también se sientan parte, mas bien, las palabras apropiadas serían que concienticen que ya son parte de, por tanto, deben hacer valer sus derechos: apropiarse de las libertades, que para alcanzarlas se lucha por ellas, los derechos que son el privilegio de la dignidad humana se deben tomar de una forma global. Las vías para llegar a esas convergencias son el consenso, la discusión, al debate, al reconocimiento de nuestra diversidad y que lo que sucede en la ciudad es la responsabilidad de todas y todos.
Actualmente en mi persona y quien escriben en este momento he cambiado radicalmente la forma en que he caminado a través del tiempo y en mi vida, experimente y siempre, de forma muy profesional como el formar parte de las organizaciones de la sociedad civil, tener mi propia empresa, y ser una servidora pública que se preparó constantemente para hacer un buen gobierno y también en materia de las relaciones internacionales. Mi formación ha estado permeada de fuertes luchadores sociales, desapegados al reconocimiento personal y comprometidos a servir a los que lo necesiten. Por ello he decidido continuar esos deberes, y decir que con toda la lucha que eso implica, ha sido hasta hoy una decisión acertada, seguir la convicción en la cual se han sumado muchas causas y batallas.
Hoy estoy en una contienda difícil en donde debo reconocerlo, hay una fuerte resistencia de las estructuras para no fisurar su estatus quo. También hay un cansancio público, la incredulidad de la población que no es una incredulidad ajena. En esta contienda, he navegado en las críticas de ser mujer, de ser joven, de ser de la sociedad civil, de ser luchadora social, de no tener malas prácticas o mañas, inclusive críticas de estar limpia, pero que sepan que aquello no me inmuta ni me aflige, que aquello solo me suma.
Ya no creemos en la “política” y tampoco creemos en el valor por haber nacido en esta nación. Tenemos poco, hacemos poco y soñamos poco.
Hoy estoy contendiendo por un cargo de elección popular y no es por el cargo en sí mismo, estamos luchando porque por la vía democrática haya una revolución que fortalezca el estado de derecho, haga valer las libertades y que nuestra constitución sea plenamente aplicada. Y decidí hacerlo en lo más básico, en el corazón de la Ciudad de México, donde está el reto más importante de la disputa democrática. Sería el gobierno local más importante y referente no sólo del país sino del mundo. Aparte todavía existen muchas resistencias de la estructura, de los actores que de antaño iban a servirse y no a servir.
Benito Juárez fue el padre de las libertades, fue el padre de la soberanía de esta nación, cuando fue quien demostró al mundo lo que representaba México, porque antes las personas los Estados y los gobernantes de otras naciones lo dudaban, lo consideraban inválido, a pesar de que a ellos les habían manifestados su autodeterminación, nadie lo creía así, y fue hasta que el Benemérito de las Américas hizo posible esa lucha en la que determinaron a México como un Estado nacional soberano.
Me encuentro en una situación igual en que reconozcan por lo que quiero ir y precisamente en la alcaldía Benito Juárez. Este fuego será imposible ya de apagar porque la mecha ya se encendió.
Esta es una lucha por cambiar la forma de hacer política y lucho para que ustedes también lo crean.