Los países bálticos se desconectan de la red eléctrica controlada por Moscú

Estonia, Letonia y Lituania han comenzado a desconectarse de la red eléctrica de Rusia y a unirse a la red de la Unión Europea, su conexión con la red eléctrica rusa data de los tiempos de la Unión Soviética, misma de la que los tres países bálticos formaban parte. 

El proceso de dos días comenzó la mañana del sábado. Las autoridades de los tres países, aconsejaron a sus habitantes a cargar sus dispositivos electrónicos, abastecerse de agua y alimentos, además de prepararse como acostumbran hacerlo ante el anunció de condiciones climáticas severas como las que pueden ocurrir en los duros inviernos de aquellos países. 

Las autoridades han pedido a muchas residencias no utilizar  ascensores, mientras que en algunas áreas los semáforos, según se anunció,  serán apagados.

Un enorme reloj especialmente diseñado para conmemorar el evento, contará los últimos segundos antes de la transición en una ceremonia que se llevará a cabo en la capital de Lituania el día de hoy, 9 de febrero, ceremonia a la que asistirá la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La llamada red eléctrica Brell -Bielorrusia, Rusia, Estonia, Letonia y Lituania– está controlada casi en su totalidad por el gobierno ruso y durante mucho tiempo ha sido vista como una vulnerabilidad para estas 3 ex repúblicas soviéticas.

Si bien, es necesario destacar, ninguno de estos tres países ha comprado electricidad a Rusia desde 2022, su conexión a la red Brell las mantenía dependientes del gobierno de Putin para la transmisión de energía eléctrica.

Tras desconectar la mañana de ayer, los tres países realizarán pruebas de frecuencia antes de integrarse a la red europea, a través de Polonia, el día de hoy.

«Ahora estamos eliminando la capacidad de Rusia de usar el sistema eléctrico como una herramienta de chantaje geopolítico», declaró el ministro de Energía de Lituania, Zygimantas Vaiciunas, a AFP.

Las tensiones entre los países bálticos y Rusia, que comparten una frontera de 874 km, se han disparado desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, además de ser ya una historia de décadas, desde que los tres países se unieron a la OTAN en 2024, momento desde el cual han realizado esfuerzos para reducir su dependencia del gobierno de Moscú  en materia energética.