Siendo un fenómeno tan débil no es perceptible al ojo humano sin embargo este estudio arroja que los humanos tenemos la cualidad de brillar en la oscuridad, somos bio-luminiscentes, en nuestro cuerpo sucede algo similar a lo de las medusas o luciérnagas. Los responsables de este descubrimiento son los científicos japoneses Masaki Kobayashi, Daisuke Kikuchi y Hitoshi Okamura quienes explican en dicho estudio que dependiendo el momento del día y metabolismo cambia el grado de lumiscencia.
«La intensidad de la luz emitida por el cuerpo es 1000 veces más baja que la sensibilidad de nuestros ojos. […] Nosotros descubrimos que el cuerpo humano emite luz de forma directa y rítmica. Los cambios diurnos en la fotoemisión pueden estar vinculados a otros cambios en el metabolismo energético».
Todos los seres vivos tenemos la capacidad de brillar en la oscuridad algunos con voluntad propia y otros sin poder controlarlo, esto es posible gracias a los procesos bio-energéticos del cuerpo es una consecuencia de las reacciones químicas de nuestro cuerpo cuando las moléculas se excitan.
Realización del estudio científico
El equipo trabajó con una cámara sensitiva a las cargas llamada CCD por sus siglas en inglés, esta cámara fue operada en temperaturas criogénicas, muy frías, exactamente a -120 ºC, con este proceso es posible detectar la luz de un solo fotón, la cámara fue colocada en una habitación totalmente oscura para poder tomar las fotos que evidenciarían el brillo en el cuerpo humano.
Para poder realizar dicho estudio fueron seleccionados un grupo de personas para realizar las fotografías, estas personas posaron frente a la cámara durante 20 minutos, para poder llevar a cavo dicho estudio debieron tener una rutina preparatoria el usuario debía dormir de las 12 de la madrugada a las 7 de la mañana. Del mismo modo, los días que cada fotografía sería capturada, los voluntarios primero debían permanecer en una habitación adyacente al cuarto oscuro por 15 minutos para que fueran acostumbrándose a la oscuridad.
Las fotografías se realizaron cada 3 horas desde las 10 am hasta las 10 pm durante 3 días. También, los investigadores llevaron un control de la temperatura corporal antes y después de cada toma, y llevaron a cabo muestras de saliva tras los 20 minutos de la cámara. Para medir el nivel de cortisol, la hormona del estrés los científicos realizaron unas muestras de saliva y así inferir los ritmos circadianos, con el objetivo de observar si había algún cambio en la luminiscencia corporal.
Los científicos crearon una segunda fase del experimento, en donde se requería que los voluntarios se mantuvieran despiertos de la 1 a las 7 de la mañana en un cuarto en el que estaban expuestos a la luz. Tras tres tomas, concluyeron que la emisión de fotones disminuyó durante ese periodo, por esta razón comprobaron que efectivamente la cuantía de la cualidad bio-luminscente estamos ligados a nuestro ritmo circadiano lo que implica los cambios físicos a partir de nuestra exposición a la luz o la oscuridad.
Bio-luniscencia en los seres vivos
La bioluminiscencia tiene distintas funciones en los ambientes naturales, entre ellas la defensa, la comunicación, la reproducción y la atracción de presas. Una amplia variedad de organismos emiten luz, incluyendo bacterias, hongos, insectos, crustáceos, moluscos y peces.
Según el estudio realizado por los científicos japoneses sobre la lumiscencia humana hasta el momento, no existe ninguna utilidad práctica de este hallazgo, a diferencia de otros como las plantas bio-luminiscentes que podrían ser una alternativa sustentable a la energía eléctrica, así que hasta ahora tan sólo es un dato curioso más que sabemos sobre nuestro cuerpo.
Con información de Cultura colectiva