Las intensas lluvias que azotaron Brasil recientemente han dejado un saldo trágico de cinco personas fallecidas.
Este evento meteorológico extremo ha afectado principalmente a la ciudad de Sao Paulo y a varias localidades del interior del estado. Las autoridades han informado que las lluvias torrenciales y los fuertes vientos comenzaron el viernes por la noche, causando estragos en la región.
En Sao Paulo, dos personas perdieron la vida debido a la caída de árboles provocada por las ráfagas de viento, que alcanzaron velocidades récord de hasta 107,6 km/h. En la localidad de Diadema, otra persona falleció en circunstancias similares. Además, en la ciudad de Bauru, tres personas murieron al derrumbarse un muro, lo que subraya la gravedad de la situación.
GOBIERNO ATIENDE LA EMERGENCIA
La Defensa Civil del estado de Sao Paulo ha estado trabajando incansablemente para atender las emergencias y mitigar los daños. Según informes, 1,6 millones de residentes se quedaron sin electricidad debido a las tormentas. La empresa de distribución de energía, Enel, ha estado trabajando para restablecer el servicio, logrando reconectar a 500,000 residentes hasta el momento.
Las fuertes lluvias no solo han causado pérdidas humanas, sino también daños materiales significativos. Varias carreteras y viviendas han sido afectadas, y las autoridades han emitido alertas para posibles deslizamientos de tierra en áreas vulnerables. En Cotia, dos personas fueron hospitalizadas en estado grave debido a un corrimiento de tierras.
SOLICITAN APOYO DEL GOBIERNO FEDERAL
El gobierno de Sao Paulo ha solicitado ayuda federal para enfrentar esta crisis. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha ofrecido apoyo y recursos para las labores de rescate y recuperación. Las autoridades locales y federales están coordinando esfuerzos para brindar asistencia a las comunidades afectadas y prevenir más tragedias.
Este evento subraya la necesidad de estar preparados para fenómenos meteorológicos extremos, que se están volviendo más frecuentes debido al cambio climático. La comunidad internacional también debe prestar atención a estos eventos y colaborar en la búsqueda de soluciones sostenibles para mitigar sus efectos.
