Por Manuel García Urrutia Martínez
En los comentarios personales de Sanjuana Martínez, publicados en La Jornada los días 9 y 10 de enero, denominados “Testimonio con la historia detrás del conflicto en Notimex”, son claras sus contradicciones y mentiras que, desgraciadamente, han servido para alimentar a detractores de la actual administración y el proyecto de transformación que representa.
Ha tirado “heces con ventilador”, para decirlo lo más correctamente posible, a funcionarios del gobierno que, desde su punto de vista, le vienen bien para vender su imagen de víctima, pero ha ido más allá criticando, incluso al Presidente que la ha defendido por una lealtad desmesurada a una amistad entrañable que ha sido quien le ha recomendado a Sanjuana para que se hiciera cargo de Notimex.
Empezaré por enumerar las mentiras de Sanjuana que han reproducido y se han comprado, como actos de fe, los difamadores de AMLO sin ni siquiera cuestionar o exigir pruebas de los dichos de la señora.
1. Dice que el entonces Secretario General, Conrado García Velasco, del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (Sutnotimex) “renunció” a la Agencia cuando ésta fue producto de una negociación con ella en la que no fueron claros los términos. Ninguna demanda de las que presume ha procedido.
2. Adriana Urrea, que fue electa Secretaria General por las y los trabajadores sindicalizados de la Agencia con el fin de cubrir el vacío que dejó Conrado García, no era una “aviadora” sino una trabajadora que, incluso, había sido parte del Comité Ejecutivo y tan no era desconocida que la propia Sanjuana que, en afirmaciones para denostar y denigrar, la identifica como “la consentida” del anterior líder sindical.
3. Señala que Alfredo Domínguez, entonces Subsecretario del Trabajo, le contestó a un cuestionamiento de ella, que la Secretaría del Trabajo “no tenía la obligación de revisar si hubo elecciones (para elegirla): nosotros sólo entregamos la constancia”. Ella personalmente nunca habló con Alfredo Domínguez; es falso que la “toma de nota” donde se reconoce a Adriana Urrea como Secretaria General del Sutnotimex la haya entregado Luisa María Alcalde. Quien sabe poquito de la materia laboral conoce que las tomas de nota las extendía, antes de la creación del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), la Dirección General de Registro de Asociaciones de la Secretaría y era necesario cubrir una serie de requisitos para obtener dicha Toma de Nota.
4. Es calumnia afirmar que el Asesor Legal del Sutnotimex era Arturo Alcalde -después ella se contradice y dice que los asesores eran “los abogados del líder telefonista Francisco Hernández Juárez”. Lo más descabellado fue afirmar, haciendo eco de otros periodistas venales, que era Arturo el que operaba la Secretaría del Trabajo. Quien lo manifestaba no conoce, en realidad, la capacidad y el liderazgo de Luisa María Alcalde: no necesita vejigas para nadar. Con otro infundio donde queda claro que ella no conoce la forma de trabajar de los despachos laborales en materia colectiva: los abogados del Sutnotimex, en los que no participa Arturo Alcalde ni tiene remuneración alguna, no cobran 30% del costo del conflicto -eso puede suceder en demandas individuales; en asuntos colectivos es mucho menor la cantidad que reciben los despachos. Los abogados asesores participantes son parte del grupo de Héctor Barba (QEPD), un abogado referente del sindicalismo democrático.
5. Sanjuana sólo asistió una vez a una reunión con Luisa María Alcalde y jamás se le pidió que se fotografiara con la Secretaria General del Sutnotimex“dándole la mano”. Sólo se le dijo que estaba despidiendo trabajadores de manera injustificada, que no quería negociar y estaba escalando el conflicto. Ella afirmó que los que salían eran porque renunciaban; se le demostró que, hasta ese momento, habían más de 70 demandas en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) -a las y los trabajadores los despedían simplemente sin dejarlos entrar, sin motivar las causas de sus despidos; obviamente a la Secretaria General ya la habían despedido sin dejarla entrar ni siquiera al local sindical a cumplir sus funciones de representación. Evidentemente perdió los juicios no por consigna de nadie sino por torpeza jurídica.
6. La huelga estalló el 21 de febrero de 2020 -no el 2 de febrero como dice su nota-, después de dos prórrogas, a petición de la JFCA, con la esperanza del Sindicato de llegar a un acuerdo. La huelga fue por violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y revisión contractual. Se realizaron más de veinte sesiones de conciliación. Jamás se apareció a negociar la Directora General de Notimex. El tema le cayó de sorpresa, no lo calculó ni tenía buena asesoría legal. Ella había formado un sindicato a modo, bajo su control, con sus incondicionales -exigía que el personal de nuevo ingreso se afiliara al sindicato de protección- en franca injerencia sindical; prohibido, por cierto, en la Ley Federal del Trabajo y varios Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De hecho, durante la huelga siguió contratando y despidiendo personal cuando ganaban sus fobias y su falta de profesionalismo.
7. Durante la huelga siempre litigó, con sus versiones falsas, en redes sociales y los medios, especialmente en uno, pero no ante las autoridades laborales, aunque el personal bajo su mando asistía a las audiencias y recibía instrucciones de ella por teléfono. Más allá de lo que dijera el pliego petitorio del Sutnotimex, lo cierto es que la empresa llevó sus propias peticiones y pedía la desaparición de un sinnúmero de cláusulas.
Después de prórrogas y varias reuniones, el Sindicato aceptó reducir el CCT, en particular aquellas de apoyo y a favor del sindicato -incluso, renunciando al local del gremio-, evitando que se afectaran cláusulas sensibles para las y los trabajadores. El Sindicato se allanó a una propuesta de la Agencia que, después de mucho, ofreció públicamente: el 3.4% de aumento salarial y un 1.8% en prestaciones.
En ese lapso, se siguieron despidiendo trabajadores y se acusaba en medios que la líder del Sutnotimex pedía para ella una cantidad descomunal para arreglar el conflicto.
Finalmente, la Agencia se desistió y provocó la huelga. Se ordenó un recuento, a petición de la empresa, para validar la existencia legal de la huelga y, otra vez, la mala orientación jurídica evitó que durante el proceso la Agencia cuidara aquellas cuestiones que eran de su interés. Perdió el recuento, la huelga se declaró legalmente existente y empezó la guerra litigando otra vez en medios y diciendo embustes sobre lo que pasó cuando hubo observadores de otras organizaciones en las votaciones que pueden fácilmente objetarla.
8. Mentira que hubo un amparo que les permitía trabajar durante la huelga -el amparo se refería a ciertas protecciones a los representantes legales de la Agencia porque empezaba a crecer el tema de la pandemia. El personal incondicional de la Directora siguió operando violando el derecho de huelga hasta que la reconvino la JFCA y se llevó el asunto a la Junta de Gobierno de Notimex donde se le exhortó a la Directora a parar actividades, cosa que jamás cumplió, siguió operando e, incluso, contrató una casa para seguir trabajando de manera clandestina. Obviamente es totalmente falso que la Secretaria del Trabajo fue a esa Junta de Gobierno a motivar el cierre de la Agencia; ella no es parte de la Junta de Gobierno, no asistió, y quienes estuvieron presentes pueden constatarlo.
9. No es cierto, aunque pueda parecer chusco, el episodio de “45 días de personas secuestradas”, afines a la Directora, que se quedaron estoicamente en las oficinas de la empresa al inicio de la huelga y mantenidas con tortas enviadas por un dirigente sindical. Si eso hubiera pasado realmente la huelga pudo ser declarada ilegal por los actos de violencia que encierra esa conducta. Es paradójico, además, porque Sanjuana acepta el acto solidario de un sindicato amigo suyo, pero siempre denunció en los medios, en uno en especial, y pidió se investigara cómo se mantenía la huelga del Sutnotimex cuando era evidente que, por ser parte de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el apoyo principal viniera de sus organizaciones y del público en general.
10. Es falso que la “persecución” y la difamación viniera del Sindicato hacia su persona cuando hay evidencia del uso de sus redes sociales para atacar e insultar al sindicato, a su líderesa, a funcionarios y sus familias. En particular cargó contra la Secretaria del Trabajo, la Presidenta de la JFCA, el Procurador, el Responsable Jurídico de Presidencia, algunos jueces, la Fiscalía, Jenaro Villamil y Jesús Ramírez (vocero presidencial), afirmando que no hablaba con éste último desde hace tres años cuando no era cierto. Jesús Ramírez siempre estuvo pendiente -incluso en exceso- de considerar sus opiniones en cualquier negociación. Se hicieron, por encargo del Presidente, varias pláticas en Gobernación con la asistencia de, además de Olga Sánchez Cordero, de Jesús Ramírez y la Secretaria del Trabajo, donde nunca asistió Sanjuana, pero le decía por teléfono a Jesús lo que tenía que decir en su nombre. Lo más que llegó a aceptar Sanjuana fue a reinstalar a once despedidos, pero a Adriana Urrea tajantemente no -ella, por cierto, estaba dispuesta a renunciar, pero sus compañeros no aceptaron y más, la reeligieron.
NO RESPETÓ LA HUELGA
En suma, Sanjuana nunca respetó la huelga, siguió trabajando, violando la Ley, siguió ejerciendo el presupuesto y pagando a sus incondicionales, siguió amenazando trabajadores y con tomar los locales en huelga y a la hora de decretar el cierre de la Agencia, derivada de esta huelga absurda y caprichosa, pidió privilegios excesivos para ella (15 millones) y sus incondicionales sin considerar que el decreto de extinción de Notimex debía hacerse apegado a la Ley. Ella habla de muchas demandas contra los que “combate”, pero nunca prosperaron, no obstante, el camino legal está abierto si a algún trabajador se le vulneran sus derechos en vez de seguir litigando en medios.
No sólo engañó al Presidente vendiéndole una cruzada contra la corrupción sindical -olvidando que la corrupción sindical en la Agencia existía porque había administraciones viciadas y si ella no era corrupta entonces era más simple acabar con el desorden y los privilegios. En cambio, hizo desfiguros corriendo trabajadores, acudiendo a amigas cercanas en la Función Pública para validar sus mentiras y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, paradójicamente, para demandar protección cuando ella detentaba el poder del Estado y lo usaba en contra de personal de la Agencia que defendía sus derechos -y no hay que olvidar, lo hizo soberbia y criminalmente en plena pandemia. Tuvo el descaro, además, de exigir a Gobernación la protección que se brinda a periodistas cuando ella atacaba y difamaba periodistas.
El colmo, el exceso más grande y grosero es afirmar, sin ninguna prueba, que el Secretario de Trabajo actual le pidió de las indemnizaciones que le tocaban a su gente el 20% para apoyar la campaña de Sheinbaum. Nada más falso, pero ha servido para atacar al gobierno, a la candidata y a su partido.
Al Presidente, que la ha apoyado incondicionalmente, también le reprochó su actitud; dice: “cuando le informé los abusos económicos que pretendía dar la secretaria Alcalde a los huelguistas del extinto Sutnotimex me escuchó frente a una relación escrita de anomalías que le presenté y me dijo: Gracias Sanjuana, por la información, no vamos a permitir abusos. Lamentablemente no fue así”. Nadie la protegió más que él.
En fin, la historia es al revés de como la cuenta. Como le ha sucedido en otros trabajos, ha terminado victimizada y conflictuada con todo mundo. Empero, sus falsedades ya dieron pretexto para que la oposición se monte arriba de ellas sin prueba alguna, sólo dichos de alguien sin autoridad moral.