En Acapulco, las largas filas se han convertido en una rutina, esta vez, para la adquisición de varillas y láminas, materiales de construcción tan necesarios tras los estragos dejados por el huracán Otis. Inicialmente, la gente se aglomeró en busca de alimentos y agua en medio del caos posthuracán.
Posteriormente, las filas se extendieron para obtener despensas y enseres básicos, registrarse en el censo del gobierno, y reclamar apoyos. Ahora, el motivo es la compra de materiales para reconstruir sus hogares.
En la avenida Ejido, a las 13:00 horas, se observa una extensa fila frente a una tienda de láminas y tinacos. La escena se repite en la acera opuesta, donde las personas, bajo el intenso sol, buscan sombra o se resguardan bajo sombrillas mientras esperan pacientemente.
El objetivo común de ambas filas es obtener materiales de construcción, principalmente láminas para reparar los techos dañados por los vientos del huracán Otis.
Tras el paso del huracán, al menos 250 mil viviendas resultaron afectadas, con techos derribados, ventanas rotas e inundaciones.
La urgencia por adquirir materiales es palpable, ya que se enfrentan a la necesidad de demostrar el gasto de la primera parte del apoyo gubernamental para la reconstrucción. Aquellos que no lo hagan no podrán acceder a la segunda parte del apoyo.
En una tienda en particular, la demanda supera la oferta, y a pesar de entregar diariamente 100 fichas, en este día se otorgaron 60 adicionales.
A pesar de las largas horas de espera, algunos clientes descubren que no podrán obtener sus materiales sino hasta tres semanas después. La escasez se agrava por la falta de capacidad de los proveedores locales para satisfacer la demanda.
La situación se replica en otras tiendas de materiales de construcción, generando filas y frustración generalizada.
Esta problemática surgió tras la entrega de la primera parte del apoyo gubernamental, que varía según la evaluación del daño y puede oscilar entre 17,500 y 30,000 pesos.
Además, la entrega de apoyo para la reconstrucción ha generado otra fila: en las papelerías. Para la segunda entrega, los afectados deben presentar facturas, notas de compra y fotografías impresas del proceso de reconstrucción.
El huracán Otis ha transformado la dinámica en Acapulco durante casi dos meses, con escasez generalizada y una alta demanda que persiste día y noche.
Desde el inicio de la emergencia, las filas se han vuelto una constante, ya sea por agua, despensas o materiales de construcción, marcando una nueva realidad en la ciudad.