Por José García Sánchez
X: @Josangasa3
Primero la disfrazaron de indígena, ya se había colocado un disfraz de López Obrador y otro de Dinosaurio, sin olvidar su dramatización como Houdini, encadenada a una silla del senado, donde empezó y terminó su espectáculo sin público. Ahora con ganas de llevar su figura a las alturas de una diosa, se le dijo que era una especie de reencarnación de la Virgen de Guadalupe y ahora, uno de los más ignorantes panistas, la compara con Ángela Merkel.
Es decir, cualquier comparación es buena menos la verdadera personalidad de alguien que no es nadie, sin origen loable ni destino ilustre. Ven a Xóchitl Gálvez como una nada que deben colocarle personalidades cada día más extravagantes. Los panistas no pueden soportar tener una candidata que diga que viene de abajo, aunque sea ficción.
El simple hecho de hacer la concesión, para que de sus filas salga alguien como Xóchitl Gálvez contradice su principio discriminador y elitista que le dio origen y personalidad a la gran mayoría de los panistas, de ahí que deban buscarle una imagen cualquiera con tal de que ella no sea lo que es, lo que se ve, lo que muestra.
El conservadurismo tiene como sustento ideológico dogmas de fe, no sólo por su adhesión a la Iglesia sino por sus prácticas discriminatoria, clasista, elitista, separatista, como si se tratara de una raza superior.
La mercadotecnia que utilizó el PAN no tomó en cuenta la idiosincrasia panista que es la esencia de su forma de pensar, que no llega a convertirse en ideología. El surgimiento de Xóchitl no sólo tomó por sorpresa sino que motivó su total rechazo, porque estaban con Santiago Creel, incluso con otros menos con Xóchitl.
Faltan varios meses para las elecciones a través de los cuales se le colocarán otras personalidades, disfraces representaciones histriónicas y hasta beatificaciones.
Faltaría Juana de arco y la madre Teresa de Calcuta. Todo para otorgarle diferentes personalidades de tal manera que su supuesto origen indígena sea borrado de la memoria de los mexicanos para que, a la hora de concursar en las urnas, sea todo menos lo que intentó difundir en un principio, que es lo que llena de vergüenza a Xóchitl por la mentira que implica y a los analistas por la lejanía de sus principios de tener entre sus filas a alguien de origen humilde.
Los primeros que demostraron que Xóchitl no tiene un lugar en el espacio político fueron los panistas, quienes fueron obligados a recular, uno por uno, hasta dejarla sin competidor. En una soledad que resto consolidación de su liderazgo y la convirtió en un pelele. De haberse realizado todo el proceso que incluía una votación, la candidata de la oposición pudiera haber tenido una capacidad de decisión sobre su labor en campaña, que ahora pelea a muerte y públicamente.
Xóchitl permitió perder fuerza al aceptar que el proceso de selección se truncara, abortar, para que entienda, porque no sólo hubo designación previa hasta al obviedad, sino que fueron declinando uno a uno sus competidores y para no dejar duda del dedazo, dejaron trunco el plan de selección, a pesar de que habían contratado a una docena de supuestos especialistas en la democracia internad e los partidos políticos, encabezado por es consejeros electorales como Marco Antonio Baños y Mauricio Merino entre otros mercenarios.
En ese momento Xóchitl vivía la metamorfosis de oruga a mariposa, pasaba de la pasividad estéril e improductiva de su curul a la ardua tarea de convertir en verdades sus mentiras.