Por Christian López*
X: @chriz_lopez
La Ciudad de México ha probado ser una ciudad de avanzada, progresista y siempre alineada a la izquierda desde que sus habitantes pueden elegir a sus legisladoras y legisladores, así como al titular de su ejecutivo estatal. Ciudad manchada de sangre con las tragedias del ´68 y ´71, además de muchas otras que lograron emanciparla del paternalismo populista de la derecha demagógica del sistema priísta apoyado por el oligopolio mediático, cuna del movimiento de regeneración nacional, hoy partido gobernante, y albergue del núcleo más duro del obradorismo.
Esa ciudad de avanzada, hoy se encuentra en una encrucijada política importante ante la posible llegada de un candidato de derecha cobijado por el principal partido de izquierda del país, que disputa la candidatura a una luchadora social y política de izquierda con más de 40 años de trayectoria.
La posibilidad de repetir un error como el cometido por Marcelo Ebrard en su sucesión al nombrar a otro policía, Miguel Ángel Mancera, como su sucesor, me parece tremendamente preocupante, pues se prevé una profunda fractura en la izquierda de la ciudad, además de arriesgar la continuidad del instituto político al frente del ejecutivo de la capital.
Otra lección que parece no haber sido aprendida por Morena es lo sucedido en la ciudad en las elecciones intermedias de 2021, en que la definición de candidaturas por acuerdos de conveniencia política fue un factor determinante para que el poderoso partido perdiera la mitad de las alcaldías de la ciudad pese a que como partido lideraba todas las encuestas por un amplio margen, como el mantenido en todo momento por Dolores Padierna en la alcaldía Cuauhtémoc quien terminó perdiendo estrepitosamente ante la hoy alcaldesa Sandra Cuevas. La militancia de izquierda no suele responder bien ante acuerdos políticos cupulares y una militancia poco motivada llevó a esta dura derrota ne la capital mientas el partido expandía su influencia a nivel nacional.
Este proceso interno de Morena es un reto para la democracia en la CDMX, esta ciudad solo puede seguir moviéndose a la izquierda, la encrucijada que hoy enfrentamos es la simple continuidad de un instituto político con un candidato de derecha o la profundización de un proyecto político, económico, ideológico y social que representa la Cuarta Transformación encarnado a cabalidad por una mujer.
Clara Brugada es una mujer que entiende que la solución a los problemas fundamentales de esta ciudad no pasa solamente por el crecimiento económico, supuesta panacea según el neoliberalismo, sino por el combate a la desigualdad, que no basta con escudarse tras la fachada progre del reconocimiento de los derechos en el papel, sino que es necesario asegurar, con políticas públicas y acciones de gobierno, el acceso pleno a todos los derechos para todas las personas, que la inseguridad no se combate solo con más policías y que el espacio público digno es indispensable para la construcción de la paz.
Entiende perfectamente que por el bien de todos, primero los pobres, primero las mujeres, primero los pueblos originarios, primero las y los adultos mayores, primero las infancias, primero las y los jóvenes, primero los afrodescendientes, primero la diversidad sexual; por el bien de todas, todes y todos primero las comunidades históricamente violentadas y excluidas. Por eso, para mí como hombre gay de izquierda, La Ruta Es Clara.
Quienes caminamos por la izquierda estábamos acostumbrados a soñar, a caminar hacia la inalcanzable utopía y, de repente, en un lugar golpeadísimo por el neoliberalismo, depauperado por el capitalismo salvaje, nos encontramos con una mujer acostumbrada a hacer los sueños realidad y construir utopías.
Espero sinceramente, por el bien de esta ciudad y por la unidad de las izquierdas que morena se decante por Clara Brugada Molina, alcaldesa con licencia de Iztapalapa, cuya trayectoria política y social de izquierda es innegable, que ha ganado elecciones desde finales de los años 90’s, que gobernó a un cuatro de la población de la Ciudad de México y quien fue reelecta en 2021 con un aumento en sus votos de casi 10% en comparación con la elección de 2018, la mujer más votada de morena en la CdMx.
Los números hablan por sí mismos:
La reducción de casi el 60% de los crímenes de alto impacto por cada 100 mil habitantes, la instalación de 150 mil luminarias y el mantenimiento a mas de 80 mil, convirtiendo a Iztapalapa en la alcaldía más iluminada del país, una política de prevención de violencia contra la mujer que incluyó más de 45 mil pláticas domiciliarias sobre el tema, la reforestación de la demarcación con más de 224 mil árboles plantados y la inversión de mas de mil millones de pesos en la recuperación de espacios públicos, cuyo proyecto insignia son las 12 utopías, complejos integrales que garantizan el acceso gratuito a actividades culturales, educativas, artísticas y recreativas para la sus los habitantes y visitantes de la alcaldía Iztapalapa; esto entre muchas otras acciones y programas de gobierno de tal relevancia que fueron replicadas en la Ciudad de México por la ex Jefa de Gobierno , Claudia Sheinbaum, como “mi beca para empezar” hoy elevada a rango constitucional en la Ciudad, así como los caminos de mujeres libres y seguras.
Espero, como escribe Sabina Berman, equivocarme y que el partido de izquierda más importante de América Latina, no tome la vía de las decisiones cupulares, no se deje guiar por la narrativa del miedo y ponga la ideología y la congruencia por encima de cualquier otra consideración para tener pronto en la Ciudad de México al gobierno más progresista que jamás haya visto una ciudad en América Latina.
*Activista político