Las calles de Anadia, un pequeño poblado de Portugal se bañaron de vino tinto, después de que dos enormes tanques estallaron en una destilería, lo que provocó la liberación de aproximadamente 2.2 millones de litros.
Es decir, la inundación equivale al volumen de una piscina olímpica.
El evento dejó atónitos a los habitantes de la localidad de Sao Lourenço do Bairro, en el corazón de Portugal.
Tras conocerse los hechos, los bomberos y la Policía Local acudieron de urgencia para evitar que el vino desembocara en el río Cértima. De lo contrario, habría llegado a ser una catástrofe medioambiental.
La fábrica emitió un comunicado donde anunció su compromiso para reparar los daños ocasionados.
“Asumimos toda la responsabilidad de los costes asociados a la limpieza y reparación de los daños, teniendo equipos disponibles para hacerlo de forma inmediata”
Por el momento no se han registrado daños materiales entre los bienes privados de los vecinos, ni en el mobiliario público.
Sin embargo, el aire del municipio sí se ha visto afectado desde que tuvo lugar la explosión y, por ello, las autoridades decidieron suspender las clases de las tres siguientes jornadas.