En la pasada jornada electoral, los mexicanos en el extranjero acudieron en masa a los consulados, demostrando su compromiso cívico y enfrentando desafíos organizativos con paciencia.
Nueva York y Washington se convirtieron en escenarios de una participación electoral sin precedentes entre los ciudadanos mexicanos residentes en el exterior. El Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de administrar el voto extraterritorial, registró a 223,961 mexicanos globalmente, con 157,227 en Estados Unidos, reflejando un interés significativo en el proceso democrático.
En Nueva York, las filas para votar se extendieron por más de seis cuadras, con votantes esperando pacientemente desde temprano en la mañana. A pesar de las quejas por la demora y la falta de información, la calma predominó. Gilda Ontiveros, observadora electoral de Fuerza Migrante, destacó la necesidad de mejorar la organización y comunicación en futuros procesos.
Washington ofreció una experiencia más fluida, con votantes disfrutando de la comida mexicana mientras esperaban en un ambiente familiar. En Chicago y Los Ángeles, las largas filas demostraron la paciencia y el compromiso de los votantes, aunque algunos expresaron su frustración en redes sociales por la eficiencia del proceso.
Por primera vez, los mexicanos en el extranjero tuvieron la opción de votar presencialmente en consulados, una expansión significativa de los métodos de votación previamente limitados al correo o medios electrónicos. Se reservaron 1,500 boletas adicionales para aquellos no inscritos previamente, asegurando la inclusión de más votantes.
Aunque el número de votantes inscritos representa una fracción de los 10.7 millones de mexicanos en Estados Unidos, la elección marcó un hito en la participación electoral de la diáspora. Los votantes eligieron candidatos para la Presidencia, Senado, y otros cargos gubernamentales, ejerciendo su influencia en el futuro político de México.