María Antonieta de las Nieves, mejor conocida como La Chilindrina, ha vuelto a dar declaraciones que reavivan las tensiones históricas entre los miembros del elenco de El Chavo del 8. En una reciente entrevista con el conductor Yordi Rosado, la actriz aseguró que le impidieron hablar con Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, poco antes de su fallecimiento, frustrando así una esperada reconciliación.
De las Nieves relató que tras un reencuentro casual con Gómez Bolaños en el aeropuerto —años después de una relación distante marcada por disputas laborales— ambos acordaron retomar contacto. Él incluso accedió a compartir nuevamente su número de teléfono, pero le indicó que Florinda Meza, su esposa, sería quien se lo proporcionaría.
“Me lo dio, a los varios días le hablé por teléfono y pues hasta ahí… No me dejaron”, lamentó la actriz. “Eso tal vez Chespirito ni lo sabía, nunca me dejaron volver a hablar con él”.
SECUELAS EMOCIONALES Y DISTANCIAMIENTO
La actriz también confesó que esta imposibilidad de comunicarse con su antiguo compañero la afectó profundamente, al punto de sufrir un preinfarto y ser hospitalizada en Médica Sur. “Me sentía derrotada”, dijo sobre aquel momento.
Más allá del cariño que millones de personas recuerdan entre los personajes del programa, De las Nieves expuso que las relaciones personales fuera del set eran más frías y complicadas. “Nunca fuimos amigas reales”, afirmó sobre su vínculo con Florinda Meza, con quien aseguró no tener contacto desde que terminó su relación profesional con Gómez Bolaños.
El estreno de la serie “Chespirito: Sin querer queriendo” revive tensiones
Las declaraciones de María Antonieta se dan en medio del reciente estreno de Chespirito: Sin querer queriendo, una serie que ha renovado el interés por las historias detrás de cámaras del icónico programa. El lanzamiento ha provocado que salgan a la luz testimonios como el suyo, donde se evidencia el lado menos conocido de una de las asociaciones creativas más importantes de la televisión en español.
Aunque los personajes de El Chavo del 8 siguen siendo símbolos entrañables en la cultura popular, las rupturas personales que marcaron su historia revelan que el éxito, muchas veces, tuvo un costo emocional profundo e irreparable.
