Por Fadlala Akabani Hneide*
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Esto requiere una visión integral, que involucre la participación activa de los tres órdenes de gobierno, de la iniciativa privada y de la sociedad en su conjunto.
El Gobierno de la Ciudad de México forma parte de un movimiento de transformación de la vida pública con ideales de progreso, igualdad y justicia, que tiene como mandato popular ampliar la democracia, disminuir las brechas de desigualdad y construir un futuro incluyente y sustentable.
En la implementación de políticas públicas, programas y acciones que impulsen el crecimiento económico y la generación de empleos, la construcción de polos de desarrollo sustentables se constituye en la estrategia clave para lograr el desarrollo de territorios y regiones que cuentan con las condiciones necesarias para atraer inversión y potenciar capacidades productivas, mejorar la calidad de vida de sus habitantes y hacer un uso eficiente de los recursos ambientales.
En la construcción de polos de desarrollo sustentables un primer paso es el reconocimiento de las vocaciones y potencial productivo de áreas geográficas estratégicas para la determinación de los ejes que dinamicen la economía y se constituyan en la base para la atracción de nuevas inversiones.
Para definir e impulsar vocaciones específicas de desarrollo regional que sean sostenibles y den resultados en el corto plazo, es fundamental identificar la dotación de recursos naturales y gestión sostenible, especialización y capacidades productivas locales, diversificación económica y peso relativo de los sectores y actividades económicas, industria, comercio y servicios.
Para la promoción de nuevos polos de desarrollo con capacidad para la atracción de inversiones en industrias de alta complejidad, será de vital importancia garantizar el suministro de energía y agua; conectividad, transporte, carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos; tecnología y sistemas digitales, como banda ancha y centros de datos.
Algunos factores que impulsan las decisiones de localización de nuevas inversiones son las regulaciones locales y simplificación de trámites para la creación y operación de empresas; usos del suelo y zonificación para actividades industriales, comerciales, construcciones y vivienda, áreas con potencial para el desarrollo industrial y servicios logísticos.
Igualmente, la clusterización con empresas de alta especialidad integradas a cadenas de valor para fomentar la colaboración, la innovación y la transferencia tecnológica, será especialmente relevante para la atracción de inversiones en industrias de alta complejidad. En el mismo sentido, opera la existencia de incentivos fiscales, tanto locales como federales.
Otros factores a considerar serán la capacidad para adoptar tecnologías e innovaciones que optimizan el uso de los recursos disponibles y la disponibilidad de fuerza de trabajo especializada y el soporte institucional para su formación, capacitación y desarrollo de habilidades específicas.
Nuevos polos de desarrollo pueden construirse aprovechando las vocaciones y potencial productivo en otras actividades económicas como tecnología y servicios digitales, desarrollo de software, marketing digital, comercio electrónico y servicios en línea; industrias creativas y culturales dedicadas a la producción de cine, música, diseño, moda y otras expresiones artísticas.
En la misma perspectiva se encuentra la manufactura ligera y la producción artesanal de textiles, cerámica, joyería y otros productos de alta calidad; así como la producción agroindustrial y la agricultura de alta productividad, orgánica y basada en tecnologías agrícolas avanzadas.
La construcción de polos de desarrollo sustentable requiere una visión integral, que involucre la participación activa de los tres órdenes de gobierno, de la iniciativa privada y de la sociedad en su conjunto, para la atención de aspectos económicos, sociales, ambientales y de infraestructura y servicios.
Por esta razón, estas políticas públicas de la Cuarta Transformación consideran el impacto social, medido por la cobertura y beneficio directo a la población, la participación de la comunidad, tanto de habitantes originarios como de residentes, y la sostenibilidad ambiental y preservación de ecosistemas locales; para ello se deben identificar las fuentes de ingresos, y financiamiento y la viabilidad financiera de los proyectos y una gestión eficiente de los recursos.
Para asegurar que las nuevas inversiones se asienten y permanezcan en los territorios y regiones y no generen desigualdades entre los habitantes, es necesario garantizar el acceso a vivienda, agua, electricidad, transporte y espacios públicos, así como a servicios básicos de salud y educación.
*Secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México