Human Rights Watch (HRW) ha acusado al gobierno de Israel de cometer actos de exterminio y genocidio al negar el acceso al agua a los palestinos de la Franja de Gaza. Según un informe publicado este jueves, miles de personas han muerto por deshidratación y enfermedades relacionadas con la falta de agua potable, situación que HRW califica como una “política calculada de privación”.
MÁS DE UN AÑO DE NEGAR EL AGUA
La ONG documenta que, durante más de un año, Israel ha impedido deliberadamente que los palestinos accedan al agua necesaria para beber y asearse, lo que ha tenido consecuencias devastadoras para la población gazatí.
En su informe, HRW cita testimonios de 66 palestinos, trabajadores sanitarios y empleados de la empresa de saneamiento de Gaza, quienes aseguran que la escasez de agua ha causado enfermedades como diarrea, hepatitis A y trastornos respiratorios, afectando especialmente a niños, mujeres embarazadas y personas lactantes.
ISRAEL BOMBARDEA PLANTAS DE AGUA POTABLE
La organización también destacó los ataques israelíes contra la infraestructura de tratamiento de agua y saneamiento en Gaza, que han empeorado la crisis.
Las plantas de tratamiento, esenciales para el suministro de agua potable, han sido blanco de bombardeos, a pesar de los repetidos intentos de HRW por obtener información de las autoridades israelíes sobre estos ataques.
La ONU ha confirmado que, entre noviembre de 2023 y abril de 2024, el norte de Gaza estuvo completamente sin acceso al agua potable.
LA SITUACIÓN ES MÁS QUE CRÍTICA
Aunque el suministro mejoró ligeramente en agosto de 2024, la situación sigue siendo crítica, especialmente por los estrictos controles israelíes sobre la entrada de ayuda humanitaria, lo que dificulta las reparaciones de las plantas de saneamiento.
HRW ha solicitado una mayor presión internacional para detener lo que considera una violación de derechos humanos, aunque hasta ahora los esfuerzos han sido insuficientes para frenar los abusos.