Ex sargento Ezequiel Carrera sale en libertad tras falta de pruebas en caso Ayotzinapa

El ex sargento de Infantería Ezequiel Carrera Rifas fue puesto en libertad la noche del miércoles tras abandonar la prisión del Campo Militar Número 1, luego de que una jueza federal dictaminara su liberación por falta de pruebas que lo vincularan al caso Ayotzinapa.

 

La jueza federal Raquel Ivette Duarte Castillo, del Segundo Distrito de Procesos Penales Federales en Toluca, Edomex, emitió un auto de libertad con reservas de ley, determinando que no había suficientes indicios para relacionarlo con el grupo criminal Guerreros Unidos, como pretendía la Fiscalía General de la República (FGR).

 

Carrera Rifas enfrentaba cargos por presunta delincuencia organizada en conexión con el caso Ayotzinapa. 

 

Su liberación se produjo luego de una audiencia que comenzó el martes y concluyó el miércoles por la mañana, durante la cual la defensa del militar presentó pruebas a su favor.

 

Funcionarios federales informaron que Carrera Rifas salió de las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alrededor de las 20:30 horas del miércoles.

 

El ex sargento había sido aprehendido el pasado 2 de julio, siguiendo una orden de captura ejecutada en Tepoztlán, Morelos. 

 

En su declaración preparatoria el 4 de julio, se reservó el derecho a declarar y solicitó la duplicidad del término constitucional.

 

La FGR aún conserva la opción de apelar la decisión o formular nuevos cargos basados en otras pruebas que puedan demostrar la probable responsabilidad del militar en algún delito.

 

Según las investigaciones, Carrera Rifas estaba asignado al Órgano de Búsqueda de Información (OBI), una unidad dedicada a labores de espionaje, infiltración y recolección de información.

 

Cabe destacar que en marzo pasado, el ex sargento también fue liberado en otro proceso judicial después de que una jueza federal determinara que no había pruebas suficientes para implicarlo en el delito de desaparición forzada de personas. 

 

 

Esto se debió a que no se encontraba en servicio durante el ataque a los normalistas de Ayotzinapa ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, donde estuvieron involucrados policías municipales y miembros de Guerreros Unidos.

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