Por José García Sánchez
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A la oposición le urge que lleguemos a la escasez e insiste en poner como ejemplo de esta situación a Venezuela, un país que ha tenido una inflación severa, no tanto como la de Argentina y un incremento de los productos básicos exorbitante, aunque no tanto como el argentino Javier Milei, quien nunca ponen los medios como un estado fallido, una economía en quiebra, con un desempleo galopante y una inflación que no tiene límite.
Invocan a Cuba como el país que carece de libertades pero nunca se las ocurre mencionar a España, donde todas las libertades están supeditadas a los edictos del rey, que y volvió al socialista Pedro Sánchez, un títere de la monarquía de ultraderecha.
Los opositores conservadores ponen de ejemplo a Nicaragua cuando se trata de castigar a los sacerdotes que violan las leyes, así como sucede en México, que hacen campaña política desde el púlpito; pero nunca dicen que hay muchos países donde maltratan a quienes practican religiones, aliados de Estados Unidos y la derecha. Nicaragua no está entre los primeros 20 países donde se castiga a curas.
La oposición escoge como sucursales del infierno a los países que le dicen no a Estados Unidos, nada tiene que ver con la realidad. La población del mundo sabe que los medios mienten pero la visita guiada que hacen de Venezuela, Cuba y Nicaragua es para los conservadores al correcta, precisa, puntual. Consideran que ahí pasa lo peor que puede sufrir el ser humano sólo porque los medios lo aseguran. Desde luego, los medios están de acuerdo en tener una lista negra de países que deben ser ejemplo del mal.
La democracia no les importa a los conservadores, de otra manera no impulsarían golpes de estado. Ya lo hicieron en Brasil, Bolivia, Argentina, Perú, etc. México no está lejos de sus planes en ese sentido, por ello Marko Cortés ensayó en España el derrocamiento de Maduro en apoyo al ex agente de la CIA, Edmundo González. Por su parte, Mariana Gómez del Campo, organiza el segundo foro llamado América Libre, donde esta vez se ensalzó la figura de María Corina Machado, la que mueve los hilos del títere que concursó por la Presidencia de Venezuela.
En esa reunión, realizada en México, el Presidente del Senado de Colombia, Efraín Cepeda, del Partido Conservador, se pronunció a favor del Lawfare, o sea el golpe de Estado blando, al decir: “Rechazamos la descalificación de los procesos jurídicos que investigan delitos, a los que la izquierda despectivamente llama Lawfare”.
Es decir, el golpe de Estado como un acto de Justicia, por eso también era necesaria la reforma al Poder Judicial en nuestro país. Ellos, como parte dela decisión de las intervenciones telefónicas decidían según sus intereses golpistas a quiénes controlaban sus comunicaciones, además, podían jugar con la impunidad de acuerdo con intereses acordados previamente, con el objetivo de asestar el golpe de Estado en el momento preciso. Si no había orden de intervenir teléfonos y computadoras ellos podían crear la autorización en un minuto. Desde luego con cómplices en la Fiscalía, el legislativo y los medios.
Podían detectar y controlar, quién los había descubierto, quien sospechaba de ellos. Cómo podrían desactivarlos. Iban directo al éxito del lawfare, por eso la gran inversión para evitar la reforma, porque era un proyecto de gran envergadura, donde varios países estaban involucrados, empresarios de diferentes latitudes. Norma Piña pudo ser la Dina Boluarte o la Jeanine Áñez de México, ahora tendrá que conformarse con competir por una diputación federal, la cual seguramente perderá.
El golpe de Estado está latente en México, a pesar del derrumbe de su eje central: el Poder Judicial.