El retraso académico, un rasgo de la política neoliberal

Por Herlindo Robles

X: @zorvha

 


 

El Banco Mundial desde el año 2021, dio a conocer el retroceso en aprovechamiento académico, de la juventud en nivel primaria y secundaria, por efecto de la pandemia, ocasionando un retroceso, calculado en 13 años atrás, en cuanto a la deserción escolar. Por lo que urgió a los gobiernos para tomar medidas que permitieran retomar las actividades escolares de quienes habían dejado de acudir a las escuelas. 

 

Por ello el IMCO propuso: Generar y publicar datos sobre el abandono escolar y diseñar e implementar acciones locales para reincorporar a los alumnos y compensar el rezago académico. Así el gobierno del presidente López Obrador, ha venido aplicando el programa de becas para estudiantes, logrando combatir la deserción escolar de manera satisfactoria. 

 

Ahora bien, durante la gestión de Vicente Fox, la muy deficiente educación básica sufrió el embate de la derecha, con el resultado del 1er.  Encuentro Nacional entre Padres de Familia y Maestros; celebrado entre la SNTE y la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia y la Unión Nacional de Padres de Familia: quienes acordaron: 1) abrir las escuelas públicas de educación básica los sábados y domingos con el propósito de crear “escuelas para padres”; y 2) editar, difundir y distribuir en 23 millones de hogares un trabajo editorial de tres tomos, denominado “Guía de Padres de Familia”, cuya promoción y elaboración surgió de la Fundación Vamos México, organización entonces dirigida por Marta Sahagún. Sin embargo, ningún avance en materia educativa pudo consolidar el entonces presidente Vicente Fox. 

 

Posteriormente durante el calderonato, se inicia la política de evaluación en seguimiento a las directrices de la OCDE, con las pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), a efecto de verificar las capacidades de jóvenes de 15 años, para la incorporación al mercado de trabajo y la prueba Enlace, a alumnos de educación primaria y secundaria; pruebas que arrojaron datos respecto de bajos resultados de aprovechamiento entre los años 2006 y 2010. 

 

Con todo y los anteriores resultados registrados, no fueron considerados para un cambio curricular o administrativo de los planteles escolares. Aunque el rezago educativo, viene de mucho tiempo atrás, como lo ejemplifica el trabajo de Pablo Latapí, denominado “La SEP por dentro”, consistente en un análisis compilatorio del tema educativo, durante los años 1992 a 2004, en cual hace un repaso exhaustivo de los avances y limitaciones de esta política, que es clave para el desenvolvimiento académico y personal de la población estudiantil. 

 

Pablo Latapí; lamenta, la inexplicable tardanza de las reformas en preescolar y secundaria a lo largo de diez años. Siendo esto una continuidad hasta la fecha actual, pues en realidad fue un fíasco la creación de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la SEP. Como todos los intentos de la política neoliberal; la educación estuvo condicionada a la generación de negocios, pasando por la “enciclomedia” posteriormente quebrada por Vázquez Mota, y pasando por la gestión de todos los ex secretarios de Educación de los gobiernos prianistas. Luego entonces, de que pueden alarmarse hoy los sicarios del micrófono y la tinta, que tratan de exaltar un supuesto fracaso en el sistema educativo nacional. 

 

Así, el sistema PISA, critica las políticas educativas de la nación, ocultando el pleno fracaso de los gobiernos panistas, que desarticularon el sistema educativo, para implementar ideologías a través de “escuela para padres”, que nunca funcionó y desvió millones de pesos a través de la fundación “Vamos México”. 

 

Ahora vuelve la intromisión del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), y propone “un nuevo proyecto educativo que esté libre de ideologías, posicionamientos caudillistas o totalitarios que quieran modificar la historia, los valores y la identidad del mexicano”. La verdad es que; no tienen llenadera.