Por José García Sánchez
X: @Josangasa3
La andanada de los esbirros de Norma Piña estaba planeada para crear una reyerta total, un choque violento contra policías donde según lo planeado debió haber muertos y heridos para que de ahí se pasara a una segunda etapa de violencia. No hubo represión y debieron pelearse entre ellos para darle un matiz de violencia generalizada. Donde lanzaron a un trabajador del segundo piso, que quedó inconsciente con el golpe.
Al mismo tiempo se organizaron balaceras en el sur de Culiacán y en un centro comercial de Toluca, una de las tareas era darle a Trump argumentos para poner a México como un infierno en llamas. Hacer desde los medios una sucursal de la miseria como lo han hecho con Cuba, Nicaragua y Venezuela.
La jugada salió tan mal que los senadores de oposición no tenían preparados sus discursos para después de la andanada. Los porros se quedaron sin saber qué hacer ante la ausencia de represión. Entre esos porros golpeadores se encontraba el hijo de Carolina Viggiano, Juan Pablo Beltrán Viggiano, concejal de la alcaldía Miguel Hidalgo, amigo personal del alcalde Mauricio Tabe, acompañado de otros juniors y alumnos del ITAM, quienes irrumpieron violentamente en el senado como chivos en cristalería.
Irrumpir violentamente una sesión del Poder Legislativo por parte de un supuesto grupo del Poder Judicial es un delito.
Más aun aceptando que la mitad de sus trabajadores son familiares, es decir, un grupo de nepotistas que hacen de la administración de justicia un negocio familiar. Reventar una sesión de otro poder de la unión violentamente muestra una intención delictiva más cercana al golpe de Estado que a la democracia.
La violencia no terminó en el Senado sino que continuó en Xicoténcatl, donde se le escupía y golpeaba a los uniformados y se les intentó arrebatar los escudos a los policías, principalmente a las mujeres. Las mujeres de la oposición, ante la falta de argumentos, tomaron la tribuna con el pretexto de la supuesta detención de un senador. Detención inexistente.
A pesar de las arbitrariedades de jueces y ministros, los integrantes del Poder Legislativo o Ejecutivo nunca pensaron siquiera en irrumpir violentamente en la sede de la Suprema Corte de Justicia, pero como hay mucho que esconder en los rincones de la corrupción en la administración de justicia, pensaron que la mejor defensa es el ataque.
El PAN había creado un enfrentamiento ficticio entre Movimiento Ciudadano y Morena, al decir que se había detenido al senador Daniel Barreda, por cierto, por el Poder Judicial. En el país quien otorga las órdenes de aprehensión es el Poder Judicial. El que había sido detenido fue el padre del senador, quien prefirió apoyar a su padre en este trance que asistir a donde su voto era indispensable para la derecha
Los senadores de MC sabían que era mentira pero debía crear un ambiente de desestabilización y cuestionamiento permanente en la sesión y hasta que no agotaron el tema fue insumo de sus discursos hasta bien entrada la discusión en la casona de Xicoténcatl, como parte de la desestabilización que estaba programada.
Es decir, las condiciones estaban dadas para un golpe de estado, pero se quedaron esperando una llamada más rigurosa al orden. Disminuyendo así la dimensión de su movimiento que apaciguo no sólo un proyecto murto de los supuestos trabajadores del Poder Judicial, sino un intento por desestabilizar el gobierno de la 4T.
Las agresiones no se limitaron a la violencia física y a la toma de la tribuna sino también cibernética, los hackers de la oposición tiraron la página del Senado, lo cual forma parte esencial de esta intentona de golpe.
Los argumentos de la oposición en tribuna se basaron hasta el hartazgo en decir que el contenido de dicha reforma debieron conocerla los trabajadores, situación a la que fueron convocados no sólo para que la leyeran sino para contribuyeran en su diseño final, nunca asistieron a más de 8 meses en más de 500 mesas, foros donde asistieron especialistas, catedráticos, expertos internacionales, etc.
La insistencia obsesiva de la oposición por dar a conocer el contenido de la reforma y anular el llamado que a lo largo de más de ocho meses se viera a través de todos los medios y de manera directa y personal, acusaba trampa. Todos los emecistas hablaron de la supuesta detención de su compañero y de la convocatoria a los mexicanos, argumentos que carecían de trascendencia y credibilidad.
Los panistas principalmente y los dizque trabajadores del Poder Judicial querían una tragedia de por lo menos 10 muertos, de preferencia de su lado para poder entonces sí, declarar como dictadura el gobierno de la 4T.
Esta vez el golpe falló, vendrán otros sin duda.