El Ejército Zapatista de Liberación Nacional celebró su trigésimo aniversario en la comunidad de Dolores Hidalgo, cerca de Ocosingo, careciendo de cobertura telefónica y caracterizado por caminos de terracería y carreteras deterioradas, con una ceremonia en la que alrededor de 1500 zapatistas, en su mayoría jóvenes vestidos con pasamontañas y uniformes, buscaron destacar la continuidad de su movimiento.
Durante el evento, el subcomandante insurgente Moisés afirmó que, tras tres décadas desde su levantamiento, el EZLN persiste en la lucha por la autonomía de los pueblos indígenas, la libertad y la democracia, instando a la necesidad de continuar organizándose.
Moisés destacó la soledad del movimiento, subrayando que han descubierto un nuevo camino que seguirán de manera conjunta.
En un tono más contundente, el líder del EZLN advirtió sobre posibles ataques a sus comunidades, señalando que, si es necesario, se defenderán sin recurrir a la violencia indiscriminada.
“No necesitamos matar a los soldados y a los malos gobiernos. Pero si vienen, nos vamos a defender… Aquí estamos, aquí vivimos”, concluyó.
En noviembre pasado, el grupo informó sobre la desaparición de municipios autónomos que habían sido creados en protesta, optando por una reorganización a nivel comunitario.
El testimonio de Hilario Lorenzo Ruiz, quien participó en los enfrentamientos de 1994, refleja una desilusión posterior debido a la falta de resultados con respecto a las demandas zapatistas.
Aunque el zapatismo logró atraer la atención nacional e internacional hacia las comunidades indígenas de Chiapas, las mejoras en las condiciones de vida siguen siendo relativas, según Ruiz. La pérdida de militancia zapatista, en su opinión, se atribuye a la falta de convicciones de las nuevas generaciones y al desgaste temporal del movimiento.
