Ebrard y su pifia

Por José García Sánchez

X: @Josangasa3

 

 

La frágil voluntad de los rebeldes improvisados seguidores de Ebrard les obliga a mostrar su veleidad a la hora de escoger los medios de información para dar a conocer sus reacciones ante su lucha contra el olvido.

 

Acostumbrados a seguir figuras más que ideas, dogmas en lugar de razones, quienes se dejan encandilar por una imagen perturbadora por los motivos que les plazca, los seguidores del disidente que nunca explicó la esencia de su rebeldía ni las razones de su inconformidad, ahora convertid en un ídolo de barro, leen y se informan en los medios que antes rechazaban por carecer, desde hace muchos años, de credibilidad.

 

De repente los arrastró una ola tan lejos que perdieron la noción de su espacio, la razón de su estadía la explicación de su lugar y su tiempo. Sólo sabían que el culto a la personalidad se convertía, por arte de magia y gracias a los dogmas del aspiracionismo, en una esperanza para liberar sus almas perdidas en el anonimato. Pero el intelecto también había perdido la brújula en nombre del protagonismo y la ambición.

 

Seguir la figura del caudillo que tuvo la osadía de salirse del redil del hombre de moda, del líder de las mayorías, les significaba una especie de valiente superhérore más cercano a un video juego que a la política del país.

 

El problema de Ebrard fue convertir un supuesto error, una alteración, no sólo en consigna sino en la única propuesta política de su movimiento, y hasta intentó volverla una ideología, lo que forzó a mucha gente a darle la espalda ante la fragilidad de su “ideario” político.

 

La única fuente de pensamiento político, es su libro, donde hace una novela de su currículum, pero carece de propuestas propias de una teoría ideológica sólida, de tal suerte que el piso parejo y la crítica a los métodos de Morena se convirtieron en su herencia política para las futuras generaciones.

 

La pobreza de ideas y propuestas políticas, de identidad ideológica, de personalidad propia. Se enfrenta a un movimiento que arroja como resultado un partido político y los seguidores se quedaron en los tiempos de los partidos políticos, donde la individualidad es la que crea los líderes y no la sociedad.

 

Los ebradoristas, antiguos morenistas, y con precedentes en el PRI algunos de ellos, defensores del Presidente anteriormente, ahora utilizan la “información” de los que antes habían acusado de realizar montajes, de mentirosos, de alterar la realidad. Utilizan las frases de los activistas disfrazados de periodistas como consignas en favor de su efímero líder y contra el presidente que tanto adoraron mientras pensaban que les ayudaría a salir del anonimato en que están prisioneros.

 

La identidad, la memoria y la congruencia se extravió en la lucha por exaltara a su líder y tratar de colocarlo en medio del debate político, del que ya está afuera, y a los que dejó en una pelea estéril fue a sus seguidores.

 

Algunos regresaron a Morena ante la imposibilidad de avanzar, como los jóvenes que confesaron sus simpatías por Ebrard y Monreal, se sumaron al proyecto de Claudia Sheinbaum; otros, se van de Morena, sólo para atraer reflectores. La línea dura, quienes invirtieron en Ebrard y nada obtuvieron a cambio, los que colocaron a sus familias en apoyo a su candidatura y fueron engañados siguen pensando que puede llegar a tener una candidatura hacia la Presidencia de la República, aunque sea comprando parte de la franquicia de Movimiento Ciudadano, porque es lo único que podría allanar el camino a Ebrard en ese partido: el dinero.

 

Ebrard coloca en la lista de privilegiados, para aceptar la candidatura de MC a tres personajes que no saben hacer otra cosa que vivir del presupuesto: Malú Micher, Yeidckol Polevnsky y Emmanuel Reyes. La mediocridad en busca de rescatar el anonimato en el que se encuentran o resucitar políticamente en Día de Muertos.

 

Lo cierto es que están muy lastimados los seguidores de Ebrard, es evidente, se sienten robados son inconscientes de que su cacique quería hacerlos cómplices involuntarios de un robo. Se trata de un movimiento para hacer daño no para ganar elecciones, ahora surgió el Ebrard tropical en Veracruz, donde el secretario de gobierno, Eric Cisneros asegura que ganó la encuesta, de la que no hay aún resultados.