En México nadie ha logrado frenar su extradición con el argumento de que no es la misma persona que otra nación reclama para juzgarlo por diversos delitos. Esto ha sido posible gracias al software de reconocimiento facial denominado Animetrics.
Aunque intentaran practicarse cirugías faciales o dañar sus huellas dactilares, los peritajes que lleva a cabo la Coordinación General de Servicios Periciales, de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República (FGR), son capaces de revelar su verdadera identidad.
David Zepeda Jones, titular de la mencionada coordinación, dirige al equipo que verifica la identidad de cada uno de los detenidos —ya sean mexicanos o extranjeros— y que son pedidos por distintas naciones.
En marzo, Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, afirmó no ser la persona que el gobierno norteamericano quiere juzgar. “No soy la persona que ellos creen, que reclama hoy Estados Unidos”, aseguró a un juez federal.
José Luis Castañeda López, subdirector de Identificación Forense, perteneciente a la Coordinación General de Servicios Periciales, explicó que uno de los requisitos más importantes para poder llevar a cabo una extradición es la prueba de identidad.
“Las pruebas de identidad que cuentan con más índices son la identificación fisonómica y la lofoscopía forense, es decir, el análisis de las crestas papilares en los dedos, así como de palmas de las manos y plantas de los pies”, detalló Castañeda López.
Para poder practicar este tipo de estudios debe existir un oficio del agente del Ministerio Publico de la Federación donde se solicite a la Agencia de Investigación Criminal, y en específico a la Coordinación General de Servicios Periciales, esos dos peritajes, independientemente de los elementos con los que cuente el país requirente; con base en eso, se realizan las diversas pruebas.
Realizar una identificación fisonómica lleva, contando con elementos de estudio, alrededor de 48 a 72 horas.
Con información de Milenio