La Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos ha denunciado que la corrupción de autoridades en México ha permitido al narcotráfico operar con relativa impunidad en el país.
En su Evaluación Nacional de las Drogas 2024, la DEA señala que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) son responsables de la crisis de drogas sintéticas que afecta a Estados Unidos, especialmente de fentanilo y metanfetamina.
Según la DEA, estos cárteles operan laboratorios clandestinos en México y cuentan con una amplia red de distribución de drogas hacia EE.UU., utilizando incluso la venta a través de redes sociales y sistemas bancarios ilegales con sede en China para el lavado de dinero.
En relación con el Cártel de Sinaloa, la DEA afirma que «puede operar libremente en algunas partes de México» gracias a «una red de contactos policiales, militares y políticos corruptos».
Como ejemplo, menciona el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, condenado en Nueva York por tráfico internacional de drogas y conspiración, quien utilizó su posición para favorecer al Cártel de Sinaloa.
El CJNG habría sobornado a funcionarios y miembros del ejército.
En cuanto al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la DEA señala que ha sobornado a funcionarios de todos los niveles, incluyendo al Ejército, lo que le ha permitido fabricar y traficar drogas «con relativa impunidad».
A lo largo de sus diez años de operación, el CJNG ha dirigido ataques contra la Sedena y la policía, incluyendo el derribo de un helicóptero del Ejército en el que murieron seis soldados y el atentado contra Omar García Harfuch, entonces secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, así como el ataque al convoy del entonces presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, en la frontera con México.
La DEA también mencionó la implicación del Cártel Jalisco en el soborno a jueces.