CJNG usa menores como soldados en Zacatecas

Un enfrentamiento reciente entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y fuerzas federales en Zacatecas expone nuevamente el uso de menores de edad en actividades criminales.

Zacatecas vive una escalada de violencia constante. El pasado fin de semana, en la carretera que conecta Apulco y Tenayuca, sicarios del CJNG protagonizaron un enfrentamiento armado contra elementos de la Guardia Nacional. Lo alarmante: en la primera línea de fuego había un menor de edad.

Según reportes oficiales, el enfrentamiento fue encabezado por ‘El Geras’, presunto líder criminal en la zona, junto con Mauro Jáuregui, exalcalde de Apulco y actualmente prófugo de la justicia. Al verse superados por las fuerzas federales, ambos huyeron, dejando atrás a un adolescente de 17 años armado y equipado como parte del grupo.

El joven portaba un rifle de asalto AK-47, un chaleco antibalas negro, cuatro cargadores y un chaleco verde con las siglas del CJNG. Fue detenido y puesto a disposición de las autoridades para determinar su situación jurídica.

LA VIOLENCIA CONTRA LOS MENORES

Este caso evidencia una vez más la estrategia del CJNG de utilizar a menores como soldados desechables. La organización criminal los entrena como sicarios, los lanza al frente en combates y los abandona si dejan de ser útiles.

El uso de adolescentes en el crimen organizado no es un fenómeno nuevo. En abril, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, reveló que el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, era utilizado como centro de reclutamiento y entrenamiento del CJNG desde 2021. En mayo, el alcalde del municipio, José Asunción Murguía Santiago, fue detenido por su presunta participación en la operación de dicho centro.

La práctica de utilizar menores como escudos humanos o sicarios se ha vuelto cada vez más común, dejando a cientos de jóvenes atrapados en una guerra que no eligieron y para la que no están preparados.

La situación en Zacatecas sigue siendo crítica. Grupos delictivos como el CJNG se disputan el control del territorio con una brutalidad que no distingue edades. Mientras tanto, las autoridades luchan por contener una violencia que cobra víctimas día tras día, muchas de ellas menores reclutados por la fuerza o la necesidad.