Científicos de la ONU advierten sobre el declive ambiental

Los científicos han lanzado un urgente llamado a los gobiernos sobre el alarmante declive ambiental.

Según el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), actualmente solo el 8.4% de las áreas marítimas y costeras están protegidas, lo que revela que los compromisos para salvaguardar el océano abierto son claramente insuficientes. En la cumbre de biodiversidad COP16 de la ONU, celebrada en Cali, Colombia, los países se enfrentan a un estancamiento en la financiación de la conservación de la naturaleza.

La situación es crítica: el 38% de las especies de árboles del mundo, es decir, unas 16,425 especies, están en peligro de extinción debido a la deforestación para actividades como la agricultura, minería y construcción.

Debemos tomar medidas urgentes para preservar estas especies de árboles, enfatizó Grethel Aguilar, directora de la UICN.

OBJETVOS PRIORITARIOS

Durante esta cumbre, que marca la décimo sexta reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU, se busca implementar 23 objetivos del Marco Mundial de Diversidad Biológica Kunming-Montreal 2022, cuyo principal objetivo es que cada país reserve el 30% de su territorio terrestre y marítimo para conservación, conocido como objetivo 30×30. Sin embargo, hasta ahora, solo el 17.6% de la superficie terrestre y las aguas interiores están protegidas, muy por debajo del objetivo deseado.

Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, instó a los países a no solo alcanzar el 30%, sino a priorizar la protección de áreas con alta biodiversidad.

No podemos dejarnos seducir solo por los números, advirtió Andersen. La naturaleza no puede ser preservada en un museo.

Los negociadores esperan progresos en temas críticos como la financiación, la inclusión de grupos indígenas y políticas de conservación. Aunque las discusiones son prometedoras, también reflejan un «bajo nivel de confianza» entre las naciones, según David Ainsworth, portavoz de la secretaría.

Se espera que la COP16 genere opciones concretas para financiar la conservación, un indicador clave de su éxito, mientras se debate la creación de un fondo adicional para gestionar estos recursos. La urgencia de actuar nunca ha sido tan evidente.