Las inundaciones de agosto en Chalco dejaron consecuencias graves no solo en infraestructura, sino también en la calidad del aire.
Actualmente, el olor pestilente que emana de las áreas afectadas sigue siendo un problema constante para los residentes. Este mal olor, causado por la descomposición de materiales orgánicos y el estancamiento de aguas negras, persiste semanas después del evento, afectando la salud y el bienestar de la población local.
Tras las intensas lluvias de agosto, las aguas pluviales arrastraron basura, residuos industriales y aguas residuales hacia varias zonas de Chalco, generando focos de contaminación que aún no se han podido controlar por completo.
Sumado a la falta de una red de drenaje eficiente en algunas áreas contribuyó a la acumulación de aguas estancadas, lo que favoreció la proliferación de bacterias y hongos, intensificando el mal olor en la región.
AFECTACIONES EN LA SALUD DE LOS VECINOS
El persistente olor en el aire no solo es desagradable, sino que también representa un riesgo para la salud de los habitantes de Chalco. Las personas que viven en las zonas afectadas pueden sufrir problemas respiratorios, irritación ocular y afecciones dérmicas debido a los contaminantes presentes en el aire. Los niños, ancianos y personas con enfermedades preexistentes son los más vulnerables a los efectos negativos de la exposición prolongada a estos olores.
Las autoridades locales y organizaciones ambientales están trabajando para mejorar las condiciones en Chalco. Algunas de las medidas incluyen la limpieza de las áreas afectadas, el drenaje de aguas estancadas y la desinfección de los espacios públicos. Sin embargo, el proceso es lento y los resultados aún no son completamente satisfactorios. Se espera que en las próximas semanas la situación mejore, pero hasta entonces, el olor pestilente continuará siendo una preocupación importante para la comunidad.