La selección femenina de fútbol de Canadá ha sido sancionada severamente por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).
Después de un escándalo de espionaje con drones que ha sacudido el mundo del deporte. La entrenadora del equipo, Bev Priestman, ha sido suspendida por un año en medio de acusaciones de violar los principios del juego limpio.
Ante esta acción la FIFA ha impuesto a Canadá una sanción de seis puntos en el torneo olímpico de fútbol femenino y una multa de 207.000 euros. Además, Priestman, junto con los funcionarios canadienses Joseph Lombardi y Jasmine Mander, han sido expulsados de cualquier actividad relacionada con el fútbol durante un año.
La noticia ha provocado un aluvión de reacciones en todo el mundo. La selección canadiense, que había comenzado su defensa de la medalla de oro con una victoria sobre Nueva Zelanda, ahora se encuentra al borde de la eliminación debido a la sanción. La decisión de la FIFA ha enviado un mensaje claro sobre la importancia del juego limpio y la integridad en el deporte.
Esta sanción a Canadá y la suspensión de su entrenadora son un recordatorio contundente de que el espíritu olímpico y la integridad deportiva están por encima de cualquier victoria. El mundo del deporte espera que este incidente sirva para reafirmar el compromiso con los valores olímpicos y la competencia justa.
