Las crónicas periodísticas del 12 de julio de 1991 muestran el sorprendente espectáculo vivido durante el día anterior, no tienen precedente alguno en la historia de México en siglos.
Aquel jueves 11 de julio de 1991 el país vivió un eclipse solar total, con un cielo totalmente despejado y a la vista de millones de personas alrededor del mundo, un fenómeno natural que muy pocos en el orbe han vuelto a experimentar, la “desaparición” del sol detrás de la luna es una de las experiencias que han marcado a varias generaciones de mexicanos y este 2021 se cumplen 30 años de aquel suceso.
Al menos 20 estados de la república recibieron la noticia meses e incluso años antes, que contarían con la oportunidad de vivir un fenómeno natural casi imposible de ver en la existencia de un ser humano (a menos claro, que contaras con los medios para viajar y verlo en otras latitudes), desde luego que la noticia causó expectación por la posibilidad de ver un fenómeno astronómico en México y en primera fila.
México se encontraba entre los “privilegiados” que verían en vivo y a todo color, el oscurecimiento del cielo en una franja de unos 2 mil kilómetros de longitud, un eclipse total de sol marcaría ese año y el final del Siglo XX, por el número de espectadores el fenómeno se catalogó como el evento del siglo.
Mitos y realidades el eclipse que oscureció a México en 1991
El eclipse de 1991 representó para México un evento envidiable, el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari, apostó a promover el evento como un motor para detonar la economía a través del turismo, la prestación de servicios y para incentivar la participación de la comunidad científica, llegaron miles de investigadores de todas partes del mundo y el mandatario mandó un poderoso mensaje, asistiendo al Laboratorio de Energía Solar del Instituto de investigaciones de Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), acompañado por su entonces esposa, la señora Cecilia Occelli de Salinas y el rector de la UNAM, José Sarukhán.
En la Secretaría de Educación Pública (SEP) enviaron materiales e instrucciones para ‘capacitar’ a niños y jóvenes en la creación de sus propios ‘visores’ para no ver el eclipse de manera directa e incentivando a la población a hacer lo mismo y adquirir lentes o artefactos autorizados por la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) con proveedores autorizados.
La peligrosidad radica (hasta la fecha) en que la radiación ultravioleta del sol puede dañar la retina de los ojos provocando daño permanente o incluso ocasionar ceguera.
Con información de El Heraldo de México