Por Aldo San Pedro
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En días recientes, el posible nombramiento del General Augusto Moisés García Ochoa como titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) ha despertado interés que trasciende los círculos políticos y económicos. Este movimiento, de concretarse, se realizaría en un momento crucial para el país, donde las aduanas juegan un papel estratégico frente al déficit presupuestario previsto para 2025 y a la posible reintroducción de aranceles por parte de una nueva administración estadounidense encabezada por Donald Trump. Más que un simple cambio administrativo, esta designación podría definir el rumbo de una institución clave para la recaudación fiscal, la competitividad económica y la seguridad nacional.
El diagnóstico general sobre las problemáticas en las aduanas de México, realizado por quien suscribe esta columna, se fundamenta en el análisis del informe de gestión gubernamental de la ANAM correspondiente al periodo 2018-2024. Este análisis identifica áreas de oportunidad significativas para el fortalecimiento de la operación aduanera. En términos de recaudación fiscal, se reporta que, al cierre de junio de 2024, más de 6,000 créditos fiscales firmes permanecían sin cobrar, mientras que otros 1,120 aún no habían sido notificados. Estos datos subrayan la necesidad de fortalecer los mecanismos de recuperación de ingresos, especialmente en un contexto donde las finanzas públicas requieren soluciones innovadoras.
En cuanto a la modernización tecnológica, los avances registrados no han sido homogéneos. Herramientas como la Ventanilla Única de Comercio Exterior han mejorado algunos procesos, pero persisten desafíos relacionados con la infraestructura y la cobertura de programas clave. Por ejemplo, el Programa de Despacho Conjunto, que ha reducido costos y tiempos en la frontera norte, aún no se ha extendido a la frontera sur, limitando el alcance nacional de esta iniciativa. En paralelo, las brechas en la infraestructura portuaria y ferroviaria dificultan la integración de las aduanas con redes logísticas modernas, lo que representa una barrera para aprovechar el creciente comercio exterior, que ha registrado un incremento anual superior al 5% desde 2022.
La seguridad también enfrenta desafíos importantes. Entre 2022 y 2024, se registró un aumento en el tráfico de mercancías ilícitas, particularmente de drogas sintéticas como el fentanilo. Este incremento pone de manifiesto la importancia de robustecer las capacidades de inspección y supervisión en puntos clave, integrando tecnologías avanzadas que permitan una respuesta más eficiente. Además, la percepción de los usuarios sobre los tiempos de espera y la agilidad de los procesos aduanales sigue siendo un área de oportunidad, evidenciando la necesidad de capacitación constante para el personal encargado de estas tareas.
Frente a este panorama, el documento “100 Pasos para la Transformación: Claudia Sheinbaum 2024-2030” presenta una visión estratégica orientada a modernizar las aduanas mexicanas y convertirlas en un motor de desarrollo económico. Una de las propuestas principales radica en la digitalización de procesos mediante plataformas avanzadas como “Puerto Inteligente Seguro”, que busca reducir costos operativos, incrementar la transparencia y agilizar los trámites. Inspirada en modelos de éxito como Singapur, esta iniciativa representa una oportunidad para alinear las operaciones aduaneras de México con estándares internacionales y reforzar su competitividad.
La infraestructura y la conectividad también son pilares fundamentales para alcanzar este objetivo. La extensión del Programa de Despacho Conjunto a la frontera sur y la inversión en infraestructura portuaria y ferroviaria son acciones clave que permitirían optimizar la logística comercial en todo el territorio nacional. Estas mejoras no solo beneficiarían la competitividad global de México, sino que también impulsarían el desarrollo regional, especialmente en el sureste del país, una zona históricamente rezagada.
Por otro lado, la seguridad en las aduanas debe ser fortalecida mediante la integración de tecnologías avanzadas como sistemas de inspección no intrusiva y análisis de datos en tiempo real. La consolidación de la presencia de la Marina, que ya ha demostrado ser efectiva para garantizar la transparencia y la supervisión, es otra estrategia que podría incrementar la confianza tanto nacional como internacional en las operaciones aduaneras.
Asimismo, la transparencia y la rendición de cuentas son elementos fundamentales para garantizar la eficacia y la legitimidad de las acciones a implementar. Diseñar sistemas de monitoreo en tiempo real que permitan evaluar los recursos empleados y los resultados alcanzados, así como publicar informes periódicos accesibles al público, fomentaría la confianza en la gestión aduanera y contribuiría a posicionar a México como un socio confiable en el comercio global.
En este contexto, el perfil del General Augusto Moisés García Ochoa resulta particularmente relevante. Su experiencia en la Secretaría de la Defensa Nacional, donde lideró proyectos de modernización administrativa y tecnológica, lo posiciona como un perfil con las capacidades necesarias para afrontar los desafíos actuales de las aduanas. Su formación en inteligencia y seguridad, así como su participación en misiones internacionales, le otorgan una perspectiva estratégica valiosa para coordinar esfuerzos con socios globales en el marco del T-MEC. No obstante, su labor también requerirá habilidades políticas para gestionar un entorno caracterizado por su complejidad institucional y las altas expectativas sociales.
El posible nombramiento del General García Ochoa llega en un momento decisivo para México. Transformar las aduanas no es solo una cuestión de modernización tecnológica o recaudación fiscal eficiente; es un desafío integral que exige una visión estratégica y un liderazgo decidido. Con las acciones adecuadas, esta institución puede convertirse en un pilar estratégico que impulse el desarrollo nacional y fortalezca la posición de México en el comercio internacional. Si bien su perfil incluye elementos que podrían contribuir a fortalecer las aduanas, el reto de transformar esta institución requerirá de una gestión estratégica que equilibre modernización, seguridad y recaudación fiscal. Las decisiones acertadas en esta área serán determinantes para el futuro económico del país.