“Absurdas guerras deben detenerse”: Sheinbaum en la Cumbre del G20

En su intervención durante la segunda sesión de trabajo de la Cumbre del G20, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hizo un llamado contundente a frenar las guerras y transformar las dinámicas económicas que generan sufrimiento. 

“Las absurdas guerras deben detenerse. Para eso sirve la política, y aquí nos sentamos para construir la paz y proteger a los desprotegidos”, afirmó frente a los líderes de las principales economías del mundo.

Sheinbaum destacó los recientes avances en materia legislativa en México, como las reformas constitucionales que buscan fortalecer la democracia, la igualdad y los derechos de las comunidades indígenas y afromexicanas. 

Entre ellas, mencionó la elección popular de representantes del Poder Judicial, la igualdad sustantiva de las mujeres, y el reconocimiento pleno de los derechos de los pueblos originarios.

“Desde nuestra perspectiva, es mejor promover la inclusión y la democracia en todos los ámbitos de la vida pública. Eso sí es libertad”, subrayó, llamando a los miembros del G20 a adoptar estos principios en la gobernanza global.

INEFICACIA DEL ORDEN INTERNACIONAL

La mandataria mexicana también señaló que las crisis actuales, como las guerras en Oriente Medio y Ucrania, son reflejo de la ineficacia del orden internacional para ofrecer soluciones. 

“El sistema multilateral y el respeto al derecho internacional han perdido fuerza”, señaló, haciendo énfasis en la urgencia de una reforma que vuelva más representativas, democráticas y eficaces a las instituciones internacionales.

Además, Sheinbaum criticó el modelo que reduce la libertad al ámbito del mercado. “¿Cuál libertad? ¿La libertad para morir de hambre? Eso no es libertad, es olvido, es deshumanización”, puntualizó.

G20 PUEDE TRANSFORMAR LA MANERA DE GOBERNAR

Finalmente, la presidenta aseguró que el G20 tiene el potencial de liderar una transformación hacia una gobernanza global más inclusiva y responsable, que garantice derechos fundamentales como la paz, la alimentación, la salud y la educación. 

“No todo es mercancía. Los pueblos tienen derechos, y el Estado tiene la responsabilidad de garantizarlos”, concluyó.

Este discurso marca una postura clara de México frente a las tensiones globales, proponiendo un cambio estructural en las políticas internacionales para avanzar hacia un futuro más equitativo y pacífico.