Bernardo Arévalo juró en los primeros minutos del lunes como Presidente de Guatemala, en una jornada marcada por protestas ciudadanas ante el retraso del cambio de mando y que pone fin a varios meses de tensiones y acciones de la Fiscalía para retirarle la inmunidad en lo que muchos vieron un intento de evitar que asumiera el poder.
“En este día trascendental, avanzamos por el camino que muchos hemos labrado con el esfuerzo”, arrancó su primer discurso como presidente. El cambio de mando, defendió Arévalo, evidencia que la democracia de Guatemala “tiene la fortaleza suficiente para resistir” y que se puede “transformar el panorama político del país”
El nuevo presidente agradeció a las “naciones hermanas” y organizaciones que le acompañaron en el proceso. “Su apoyo ha sido fundamental”, recalcó, para la defensa de las instituciones democráticas guatemaltecas.
EL RETRASO LEGISLATIVO
La Constitución guatemalteca indica que la sesión solemne para la toma de posesión debía celebrarse “a más tardar a las 16 horas” del 14 de enero, pero a las 22 horas Arévalo seguía pendiente de las maniobras del Congreso, en donde se retrasó el nombramiento de nuevas autoridades de la Cámara, que son quienes debían concretar la juramentación presidencial en el Teatro Nacional del centro cultural Miguel Ángel Asturias para el acto solemne.
Cuando finalmente los nuevos diputados juramentaron sus cargos —un paso previo a la toma de posesión de Arévalo—, comenzó una disputa a gritos entre los legisladores a propósito de la conformación de la nueva directiva de la Cámara.
El presidente electo se pronunció en su cuenta de X, para recordarle a los diputados que “tenían la responsabilidad de respetar la voluntad popular expresada en las urnas”. Y añadió que “se estaba intentando vulnerar la democracia con ilegalidades, nimiedades y abusos de poder”, mientras “el pueblo guatemalteco y la comunidad internacional estaban observando ”
Poco después de ese mensaje, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, leyó ante la prensa un pronunciamiento conjunto de jefes de Estado, cancilleres y altos funcionarios de otros gobiernos que acudieron a la investidura.
“Hacemos un llamado al Congreso de la República a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la Constitución en el día de hoy al presidente electo, Bernardo Arévalo, y a la vicepresidenta electa, Karin Herrera”, se pronunció Almagro
Luis Almagro junto a representantes de delegaciones internacionales, hacen un llamado al Congreso de la República, para entregar el poder como lo dice la constitución. ⬇️#LuisAlmagro #Representantes #Delegaciones #Internacionales pic.twitter.com/jZpATCFEuK
— Canal Antigua (@CanalAntigua) January 14, 2024
En “nombre de todas las delegaciones invitadas y representadas”, el secretario de la OEA pidió que se respetara la voluntad popular del pueblo guatemalteco expresada en “elecciones justas, libres y transparentes” que fueron avaladas por los observadores internacionales.
Llegaron a Guatemala más de 60 delegaciones internacionales, entre ellas, la de Colombia, con el presidente Gustavo Petro; de Chile, con Gabriel Boric; o de Costa Rica, Rodrigo Chaves.
CAMBIOS EN BANCADA
Minutos después de la media noche finalmente el nuevo Congreso de Guatemala restituyó la bancada de diputados de Arévalo, el Movimiento Semilla, tras derogar la decisión tomada horas antes por la anterior legislatura que los había declarado independientes, y quedó conformada la Nueva Junta Directiva 2024-2025 de la X Legislatura para dar paso a la transmisión del mando a Bernardo Arévalo como Presidente de Guatemala y a Karin Herrera como vicepresidenta.
Cabe destacar que la población indígena ha sido clave para que Arévalo pueda llegar a la investidura. Fueron ellos los que que se organizaron, manifestaron y bloquearon carreteras en demanda de que la fiscalía detuviera su arremetida y respetara el voto que le dio la presidencia. Pero también han criticado que el nuevo presidente no haya incluido en su gabinete a más indígenas, que representan la mayoría de la población del país.