Siria e Israel acuerdan alto al fuego tras intensos combates

Este viernes, el embajador de Estados Unidos en Turquía, Tom Barrack, informó que los líderes de Siria e Israel, Ahmed alSharaa y Benjamin Netanyahu, acordaron un alto el fuego tras varios días de intensos combates en la provincia siria de Sweida, donde enfrentamientos entre milicias drusas y tribus beduinas habían dejado cientos de víctimas.

El pacto, respaldado por el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, así como por Turquía, Jordania y otros países vecinos, llama a drusos, beduinos, sunitas y otras minorías a deponer las armas y construir una nueva identidad siria ‘unida en paz y prosperidad’.

La escalada violenta comenzó el domingo 13 de julio, cuando tribus drusas y beduinas se enfrentaron, y las fuerzas gubernamentales intervinieron apoyando a los beduinos. En cuatro días, los combates dejaron alrededor de 594 muertos, entre ellos 300 drusos—de los cuales 83 fueron ejecutados sumariamente—257 combatientes progubernamentales y 18 beduinos.

Durante el conflicto, Israel llevó a cabo decenas de bombardeos aéreos en Damasco y en convoyes gubernamentales en Sweida con el objetivo declarado de proteger a la comunidad drusa siria, que mantiene vínculos con la minoría drusa en Israel. El propio Netanyahu afirmó que el alto el fuego se logró ‘con la fuerza’, y advirtió que no tolerará tropas sirias en el sur de Damasco, estableciendo una zona desmilitarizada desde los Altos del Golán hasta las montañas drusas.

La tregua fue posible gracias a la mediación diplomática de EE.UU., Turquía y los países árabes, y sustentada en un acuerdo que incluye la retirada parcial de las fuerzas sirias y la supervisión de facciones y religiosos drusos para mantener la seguridad local.

No obstante, pasado el alto el fuego, se reavivaron algunos combates, especialmente entre drusos y beduinos, y se reportaron violaciones del acuerdo: la Presidencia siria acusó a grupos drusos de incumplirlo mediante actos violentos, lo que ha complicado aún más la frágil estabilidad lograda. Por su parte, la ONU y la OIM alertan del desplazamiento de casi 80.000 civiles, colapso de servicios básicos y denuncias de violaciones a derechos humanos.