En un esfuerzo por reducir la desigualdad y generar oportunidades reales en las zonas más desfavorecidas del estado, el gobierno de Hidalgo ha destinado una inversión histórica de más de 3 mil millones de pesos. El objetivo: fortalecer 23 cooperativas que operan en regiones vulnerables, impulsando así el desarrollo económico local desde la base social.
Este fondo de apoyo a proyectos de emprendimiento colectivo forma parte de una política más amplia para consolidar la economía social en la entidad, favoreciendo la colaboración, la producción local y el arraigo comunitario.
MILES DE VIDAS TRANSFORMADAS
El impacto de esta estrategia va más allá de las cifras. Gracias al respaldo financiero, 693 personas han recibido beneficios directos a través de estos proyectos, lo que se traduce en mejoras significativas en su actividad productiva. Pero el alcance se multiplica: las cadenas productivas fortalecidas benefician a más de 2,300 hidalguenses, ampliando el efecto transformador en sus entornos inmediatos.
Ya sea en actividades agroindustriales, artesanales o de servicios, estas cooperativas comienzan a generar un impacto tangible, reactivando economías locales y promoviendo nuevas formas de organización solidaria.
ECONOMÍA SOCIAL: MOTOR CONTRA LA DESIGUALDAD
El verdadero valor de este esfuerzo radica en su enfoque: fortalecer la economía social como herramienta para combatir la desigualdad. Al activar cadenas productivas que nacen de la organización comunitaria, se construyen alternativas sostenibles de empleo e ingreso que no dependen únicamente del mercado tradicional.
Con esta iniciativa, el gobierno de Hidalgo no solo impulsa proyectos productivos, sino que teje redes de colaboración que permiten a las personas tomar control de su desarrollo, dignificar su trabajo y mejorar su calidad de vida.
Este tipo de estrategias marcan una diferencia sustancial, especialmente en contextos donde históricamente ha habido poca inversión. En lugar de soluciones verticales, el fondo de emprendimiento colectivo se enfoca en el potencial de las propias comunidades para organizarse y generar valor.
Hidalgo está demostrando que cuando hay voluntad política y visión social, es posible transformar realidades desde lo más cercano: la comunidad, el trabajo colectivo y la esperanza compartida.
