China anunció este viernes un aumento en los aranceles a productos estadounidenses, elevando la tasa del 84% al 125%. Esta medida es una respuesta directa a las políticas arancelarias del presidente Donald Trump, quien recientemente subió los impuestos a las importaciones chinas, acumulando un total del 145%.
“La imposición por parte de Estados Unidos de aranceles anormalmente altos a China viola de forma grave las normas comerciales internacionales, las leyes económicas básicas y el sentido común”, declaró la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado en un comunicado difundido por el Ministerio de Finanzas chino.
UNA GUERRA COMERCIAL EN ESCALADA
La guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo sigue intensificándose, sacudiendo los mercados financieros y generando temores de una posible recesión global. Aunque esta semana Trump pausó temporalmente los aranceles para varios países, decidió continuar y aumentar la presión sobre China.
Pekín respondió calificando estas políticas como «acoso económico» y anunció nuevas contramedidas que entrarán en vigor el sábado, incluyendo una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las tarifas estadounidenses.
IMPACTO EN PRODUCTOS CLAVE Y MERCADOS GLOBALES
Los nuevos aranceles chinos afectarán productos estratégicos provenientes de EU, como la soya, aviones y sus piezas, así como medicamentos. Además, China ha suspendido importaciones de sorgo, aves de corral y harina de huesos de ciertas compañías estadounidenses, mientras endurece el control sobre la exportación de minerales de tierras raras, esenciales para industrias tecnológicas.
Por otro lado, las importaciones estadounidenses desde China —que incluyen computadoras, celulares, equipos industriales y juguetes— también se verán encarecidas, generando posibles aumentos de precios para consumidores y empresas.
Las decisiones de Trump han alarmado a los mercados bursátiles y de bonos. Aunque hubo alivio por la pausa de aranceles a otros países, las tensiones con China mantienen la incertidumbre. La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, advirtió esta semana que la confrontación comercial «podría dañar gravemente las perspectivas económicas mundiales».
La Casa Blanca espera que estas políticas arancelarias incentiven el regreso de la manufactura a EE.UU., generando empleos en el largo plazo. Sin embargo, analistas advierten que los resultados podrían tardar años en materializarse —si es que llegan a ocurrir—, mientras el costo inmediato lo absorben mercados, empresas y consumidores.