Comisiones de San Lázaro aprueban reforma para reducir carga fiscal de Pemex

Las comisiones unidas de Energía y de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados aprobaron hoy, con 57 votos a favor, 19 en contra y 6 abstenciones, una reforma crucial para reducir la carga fiscal de Petróleos Mexicanos (Pemex). 

La modificación a la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos crea el «derecho petrolero del bienestar», que establece un único impuesto para la empresa productiva del Estado, con el objetivo de mejorar su estabilidad financiera.

UNA REFORMA POLÉMICA

La iniciativa, que se discutió en una sesión de tres horas, fue apoyada por los legisladores del partido gobernante, quienes argumentaron que permitiría a Pemex consolidarse y reducir sus deudas. Sin embargo, la oposición expresó su preocupación por el impacto que tendría en las finanzas públicas, alertando sobre un posible “boquete” en los ingresos del Estado debido a la reducción de las contribuciones de Pemex al erario.

Rocío Abreu, presidenta de la Comisión de Energía, explicó que uno de los puntos centrales de la reforma es la creación de una tasa impositiva unificada: un 30% para la explotación de hidrocarburos y un 11.66% para el gas no asociado. 

Esta medida reemplaza el sistema anterior, que en 2019 imponía tasas impositivas de hasta el 65%, que fueron progresivamente reducidas durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.

BENEFICIOS DEL “DERECHO PETROLERO PARA EL BIENESTAR”

La morenista Maeilla Gómez Maldonado defendió la reforma al señalar que, además del alto impuesto del 65% sobre los hidrocarburos, Pemex enfrentaba diversas otras obligaciones fiscales. La creación del “derecho petrolero del bienestar” simplificará el régimen fiscal de Pemex, reduciendo la presión fiscal sobre la empresa y facilitando el saneamiento de sus finanzas.

El legislador Ramón Flores Robles (PT) recordó la reforma energética de 2013, que favoreció a las empresas privadas y redujo el papel estratégico de Pemex. 

Según Flores, con esta reforma se eliminan cargas impositivas redundantes, como las relacionadas con los derechos de explotación y extracción de hidrocarburos, lo que permitirá a Pemex tener mayor margen de maniobra para invertir en su modernización y aumentar su producción, sin poner en riesgo su estabilidad financiera.