Los premios Nobel Geoffrey Hinton, de Física, y Demis Hassabis, de Química, han destacado la urgente necesidad de regular adecuadamente la inteligencia artificial (IA) debido a su rápido desarrollo y sus implicaciones globales.
En una reciente conferencia de prensa en Estocolmo, ambos científicos subrayaron los riesgos y desafíos asociados con esta tecnología emergente.
Demis Hassabis, reconocido por sus avances en la comprensión de las proteínas a través de la IA, afirmó que es crucial implementar regulaciones adecuadas para la IA.
Es fundamental que las regulaciones se hagan correctamente, señaló, agregando que la rapidez con la que avanza esta tecnología hace que sea aún más difícil gestionarla de manera efectiva.
Para Hassabis, es esencial definir claramente los usos de estos sistemas, cómo desplegarlos de manera ética y garantizar que toda la humanidad se beneficie de sus aplicaciones, evitando al mismo tiempo su uso malintencionado.
Por su parte, Geoffrey Hinton, considerado uno de los padres fundadores de la IA, también expresó su preocupación por los riesgos inmediatos que plantea la IA en el desarrollo de armas autónomas letales. Según él, uno de los mayores peligros de la inteligencia artificial a corto plazo es la creciente carrera armamentista entre países como Estados Unidos, China, Rusia, el Reino Unido e Israel, quienes están desarrollando armas autónomas sin un marco regulatorio adecuado.
UNA REGULACIÓN GLOBAL DE LA IA
Hassabis hizo hincapié en la importancia de establecer regulaciones flexibles y rápidas para poder adaptarse a los rápidos avances tecnológicos en el campo de la IA. En este sentido, el científico sugirió que se podría tomar inspiración de las regulaciones existentes en áreas como atención médica y transporte, sectores en los que ya existen normativas bien definidas para garantizar la seguridad y el bienestar público.
Además, Hassabis reveló que ha tenido conversaciones sobre los riesgos de la IA con figuras como Elon Musk. En particular, discutieron sobre el potencial de la IA como una «amenaza existencial». Hassabis expresó su confianza en que Musk podría comunicar estos riesgos al presidente Donald Trump y su administración, aunque advirtió que no estaba seguro de si todo el equipo de Trump es plenamente consciente de los desafíos que plantea la inteligencia artificial.