Por Aldo San Pedro
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El sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que llega a su fin el 30 de septiembre de 2024, dejó una huella indeleble en la historia política de México. Su proyecto, denominado la “Cuarta Transformación” (4T), buscó cambiar profundamente la vida política, económica y social del país. Desde su llegada al poder en 2018, López Obrador promovió reformas estructurales y programas sociales que prometían justicia social, al tiempo que impulsaba megaproyectos de infraestructura y enfrentaba las crisis derivadas de la inseguridad y la pandemia de Covid-19.
A lo largo de su gobierno, AMLO mantuvo un fuerte apoyo popular, incluso ante controversias y desafíos. Para algunos, su administración representó un retorno a los principios de soberanía y equidad. Para otros, sus políticas polarizaron al país y dejaron pendientes en materia de seguridad y economía. Ahora, mientras México transita hacia un nuevo liderazgo de la Dra. Claudia Sheinbaum, es importante hacer un recuento del legado de AMLO, explorando tanto sus logros como los desafíos que marcaron su sexenio.
Uno de los pilares de la administración de AMLO fue la implementación de una serie de programas sociales que, en su mayoría, beneficiaron a los sectores más vulnerables de la población. Entre estos programas destacan la pensión para adultos mayores, las becas para estudiantes y el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Estos esquemas, concebidos para reducir la desigualdad, no solo fueron muy populares entre las y los beneficiarios, sino que también reflejaron su compromiso con la justicia social.
Además de los programas sociales, AMLO impulsó aumentos históricos al salario mínimo, logrando un crecimiento sostenido año tras año. Al inicio de su gobierno, el salario mínimo era de 88 pesos diarios, equivalentes a 2,687 pesos mensuales. Al finalizar su administración, este alcanzó los 249 pesos diarios, es decir, 7,508 pesos mensuales. Estas medidas fueron bien recibidas por gran parte de la clase trabajadora, aunque algunos sectores empresariales manifestaron preocupaciones por el impacto en los costos laborales.
Sin embargo, no todo fue positivo en el ámbito económico. El crecimiento del país se estancó antes de la pandemia y, en 2020, México sufrió una de las contracciones económicas más severas de la región, con una caída del 8.2% en el PIB. Si bien los programas sociales ayudaron a mitigar el impacto de la crisis en los sectores más vulnerables, la recuperación económica fue desigual, con problemas estructurales persistentes en el empleo y la inversión.
Su legado también estará marcado por sus ambiciosos megaproyectos de infraestructura. La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) fue uno de los primeros grandes movimientos de su gobierno. El proyecto en Texcoco, ampliamente criticado por AMLO por su costo y presunta corrupción, fue reemplazado por el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que fue inaugurado en 2023. Aunque el AIFA generó polémica por su ubicación y viabilidad económica, representó para muchos un símbolo de la lucha contra la corrupción en los grandes proyectos públicos.
El Tren Maya, concebido para mejorar la conectividad y el desarrollo en el sureste del país, recibió críticas por su impacto ambiental y su costo. No obstante, su construcción generó empleo en la región y cuenta con apoyo entre las comunidades locales que esperan beneficiarse del turismo y la infraestructura. Por su parte, la refinería Dos Bocas fue vista como un paso hacia la autosuficiencia energética, aunque también fue cuestionada por su costo y viabilidad en el contexto de la transición energética global.
Si bien AMLO promovió una transformación en muchos aspectos del país, uno de los puntos más críticos de su gobierno fue la problemática de seguridad. La creación de la Guardia Nacional en 2019 buscaba enfrentar el problema de la violencia, que alcanzó niveles altos durante su administración.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por combatir la violencia, la realidad es que la inseguridad sigue siendo un problema grave en muchas partes del país. La militarización de la seguridad pública, extendida hasta 2028 y la integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional en 2024, fue otra de las decisiones controvertidas del sexenio. Aunque muchos mexicanos y mexicanas ven al ejército como una institución confiable, defensores de derechos humanos advirtieron sobre los riesgos de esta política.
El manejo de la pandemia de Covid-19 fue, sin duda, uno de los mayores desafíos que enfrentó AMLO. La respuesta inicial del gobierno, que minimizó la gravedad de la crisis, fue criticada. Sin embargo, el programa de vacunación implementado a finales de 2020 fue eficaz, y el país logró avanzar rápidamente en la inmunización de la población. Aun así, la pandemia dejó cicatrices profundas en la economía, con una alta mortalidad y una contracción económica severa que tardó en recuperarse.
En cuanto a la migración, México se convirtió en un actor clave para gestionar las crisis migratorias provenientes de Centroamérica. La presión de Estados Unidos para contener el flujo migratorio llevó a acuerdos con el gobierno de Donald Trump. Las caravanas de migrantes, la militarización de las fronteras y las tensiones en la relación con Washington fueron constantes a lo largo del sexenio. Aunque la política migratoria de AMLO fue pragmática, el país quedó atrapado entre la protección de los derechos humanos de los migrantes y la necesidad de contener la presión migratoria.
Uno de los rasgos distintivos de su gobierno fue la polarización política. Su discurso, constantemente en confrontación con sectores de la oposición y de las instituciones autónomas como el INE y el INAI, generó tensiones. Sus reformas constitucionales, especialmente en materia de seguridad pública y poder judicial, fueron vistas por algunos como necesarias para democratizar el país, mientras que otros las calificaron de riesgosas para la independencia de las instituciones.
A pesar de ello, el apoyo popular a AMLO se mantuvo elevado, con índices de aprobación cercanos al 60% al final de su gobierno. La consulta de revocación de mandato de 2022, reafirmó la lealtad de su base. Este respaldo también se reflejó en la victoria de la Dra. Claudia Sheinbaum, su sucesora, en las elecciones presidenciales de 2024, asegurando la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación.
El sexenio de Andrés Manuel López Obrador se caracterizó por una serie de transformaciones significativas en México, impulsadas por su visión de la “Cuarta Transformación”. A pesar de enfrentar desafíos como la pandemia de Covid-19, crisis de seguridad y tensiones migratorias, AMLO logró mantener un fuerte apoyo popular gracias a su enfoque en programas sociales y reformas estructurales. Su administración se destacó por la implementación de políticas que buscaban la justicia social y el fortalecimiento de la infraestructura nacional. Aunque su gobierno fue objeto de críticas, especialmente en temas de seguridad y economía, su legado dejó una huella profunda en el país, marcando un camino hacia un México más equitativo y soberano.