La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) enfatiza que la prevención de fraudes en las instituciones de crédito que atienden a la base de la pirámide poblacional debe comenzar desde los niveles más altos, incluyendo consejos de administración, accionistas y directivos.
Esta medida es crucial para proteger los recursos y la información de los clientes de menores ingresos. Esther Ramírez Bernabé, vicepresidenta de supervisión de banca de desarrollo y finanzas populares, advirtió que sin protocolos adecuados y la intervención de los directivos, los ciberdelincuentes tendrán más facilidad para atacar.
Durante su ponencia en la 9ª Convención de la Asociación Mexicana de Sociedades Financieras Populares (AMS), Ramírez Bernabé subrayó la importancia de la comunicación constante entre las instituciones para identificar vulnerabilidades.
Es esencial conocer al cliente y detectar conductas inusuales para prevenir fraudes. Debemos monitorear el comportamiento de los usuarios, sus transacciones y establecer sistemas de control y alerta, afirmó Ramírez Bernabé.
Además, destacó que si una institución de crédito popular tiene respuestas antifraude pero aún así es víctima de un ataque, debe investigar y ajustar sus estrategias de prevención.
Si detectamos fraudes, es vital que las entidades de financiamiento se comuniquen para que todos los participantes estén prevenidos, aumentando así la confianza de los clientes, añadió.
Ramírez Bernabé también mencionó que las normativas emitidas por las autoridades son reglas mínimas que deben ser superadas para una mejor protección de los clientes.
Los empresarios y directores deben ir más allá de los estándares normativos para cuidar el patrimonio de sus clientes. Cumplir con las normas y proteger a los usuarios es fundamental, concluyó.
